A falta de la firma del contrato, que se espera para las próximas horas, la renovación de Airam Cabrera no ha resultado nada fácil y han existido momentos en los que parecía que finalmente no se iba a poder producir. El esfuerzo del jugador ha sido grande porque contaba sobre la mesa con otras buenas ofertas, alguna incluso triplicando lo que le ofrece el club cadista.

Lo de Airam ha sido pura obsesión por continuar de amarillo y acabar lo que no pudo con la eliminación del equipo en la fase de ascenso en Hospitalet. El Cádiz ha sido desde el principio la primera opción. Y así lo ha demostrado. A la puerta del ariete han llamado varios equipos, pero pocos con la insistencia mostrada por el Sabadell, el Nástic de Tarragona y un conjunto asiático. El Sabadell podía ser uno de los mejores caramelos por el hecho de permitirle jugar de nuevo en Segunda División A. Además, se trata de un equipo que la pasada campaña coqueteó con el play-off de ascenso a Primera. El Nástic, como el Cádiz, es fútbol de bronce pero la apuesta económica de los tarraconenses para sus fichajes más codiciados no resulta nada despreciable. Y el conjunto asiático era el menos apetecible como proyecto deportivo aunque posiblemente el más goloso en el económico. Salir tan lejos nunca ha sido la opción prioritaria para Airam.

El esfuerzo del atacante queda confirmado con las palabras de Manuel Vizcaíno, quien a El Desmarque apuntaba que "las ganas que tiene él de jugar en el Cádiz son impagables, está haciendo un gran sacrificio rechazando ofertas".