Para Rubén Díaz, como para el resto de componentes del primer equipo, se acabó la temporada y es uno de esos casos en los que desconoce qué pasará con su futuro. El jugador queda libre el próximo 30 de junio después de una campaña en la que ha aparecido en el conjunto profesional con un rendimiento más que aceptable y ser de los pocos que ha dado la cara en el filial.

Rubén Díaz está preparado para ser otro canterano que disfrute de su oportunidad subiendo otro peldaño. Representa la esencia de canterano a la vieja usanza; jugador de garra, de menos recursos técnicos pero de un potencial físico increíble y con una profesionalidad incuestionable. El año pasado aceptó renovar cuando había dos conjuntos de Segunda División B -uno de ellos extremeño- ofreciéndole el doble que el Cádiz, donde ha sido de los que menos ha ganado de cuantos han jugado con el equipo.

Este año vuelve la pugna sin saber qué postura adoptará el club. Pero las cosas han cambiado y Rubén Díaz ya no es el chico del filial sin experiencia ninguna en segunda B. Una pretemporada, partidos de Copa del Rey y de Liga, e infinidad de sesiones de entrenamientos con Vidakovic y Jose han convertido al defensa en un futbolistas más maduro que no pasa desapercibido. De hecho y aunque el zaguero parte con el deseo de seguir en el Cádiz porque el equipo amarillo es su primera opción -ya lo demostró hace un año desechando otra ofertas mejores en lo deportivo y lo económico-, al menos hay tres equipos de la categoría de bronce que están dispuestos a hacerse con sus servicios. Es más, en breve podría sumarse otra oferta de un conjunto de Segunda A que incluso hace relativamente poco tiempo solicitó un informe del jugador a uno de sus ojeadores en Andalucía.

Rubén Díaz acaba de cumplir su tercera temporada en el Cádiz B, si bien hay que aclarar que la primera de ellas la hizo siendo jugador del Balón. Su alto rendimiento con ese equipo en Primera Andaluza le abrió las puertas del filial con apenas 19 años al darle la oportunidad Jesús Casas. No cabe duda que en el filial Oliva ha terminado de dotar al paternero de las condiciones necesarias para dar el salto al primer equipo.

En la presente temporada ha sido habitual verle jugar de defensa central, aunque también tiene la virtud de actuar en el doble pivote como centrocampista de corte defensivo. Tiene buen remate de cabeza -cuatro goles en la presente campaña- y es muy disciplinado en la marca y en la acciones de estrategia que se desarrollan el área que defiende.

Entre la jornada de hoy, en la que el primer equipo regresa los entrenamientos, y la del próximo viernes, que está prevista como la última de trabajo sobre el campo antes de las vacaciones, el club tiene previsto informar uno a uno a cada jugador de su nueva situación dentro del equipo.

Los distintos casos que contemplen los responsables deportivos se harán oficiales comunicándolo a cada futbolista, tanto sean los que tengan contrato en vigor como los que no. Son los primeros movimientos posibles tras la decepción del pasado domingo para ir pensando en la futura plantilla, que es el camino a seguir si no se produce la venta del club.

Los más débiles se suelen llevar la peor parte. En la tragedia deportiva del Cádiz, su cantera puede recibir un mazazo importante como consecuencia del obligado recorte presupuestario siempre y cuando continúen los actuales dueños.

Los daños colaterales del sonado fracaso por no ascender se pueden llevar por delante a algunos equipos de las secciones inferiores que podrían pasar a ser historia la próxima temporada. En la actualidad la cantera cadista cuenta con ocho equipos sin incluir a los de la escuela (alevines, benjamines y prebenjamines).