El Cádiz afronta el sprint definitivo del campeonato de Liga con la autoestima por las nubes y en una situación inmejorable para meter la cabeza en la fase de ascenso como campeón del grupo IV de Segunda División B, un puesto de relevancia porque otorga el privilegio de disponer de una segunda oportunidad para intentar subir a la categoría de plata en caso de no aprovechar la primera. La ventaja de seis puntos sobre el segundo en la tabla, el UCAM Murcia, es la mayor que ha disfrutado el Cádiz esta temporada desde la atalaya del liderato y supone un valioso tesoro justo ahora cuando sólo restan diez jornadas para el cierre del torneo de la regularidad. Los gaditanos están lanzados y no quieren detener su marcha cuando ya todos son finales para todos los equipos, que se juegan la temporada en diez capítulos de infarto.

Hace poco más de tres meses, el conjunto amarillo transitaba con un preocupante retraso de ocho puntos respecto al equipo universitario, que dominada la clasificación con mano de hierro hasta la épica remontada protagonizada por los gaditanos. En los 14 capítulos más recientes, los inquilinos del Carranza consiguieron 14 puntos más que los murcianos (37 frente a 23). El recorrido con Claudio es de 12 triunfos, un empate y una sola derrota. Traducido en puntos, 37 de 42 posibles.

Llega el momento de apretar los dientes para hacer el último esfuerzo con el que amarrar un liderato que nunca lo ha dejado escapar el equipo amarillo cuando lo ha disfrutado a estas alturas del curso en anteriores etapas. Diez jornadas dan para mucho (nada menos que 30 puntos por disputar), pero la tendencia de Cádiz y UCAM convierten al primero de la clase en absoluto favorito para permanecer sentado en el trono hasta el final.

La escuadra gaditana acredita una trayectoria inmaculada de nueve victorias y un empate en 2015, mientras que su rival más directo, además de media docena de triunfos y una igualada, acumula en el nuevo año sus únicas tres derrotas ligueras, sufridas ante Córdoba B (1-0), Cádiz (1-0) y la del pasado domingo en casa contra La Roda (2-4). Sorprende el varapalo en el que hasta ahora era el fortín de la vieja Condomina y más contra un equipo de la zona baja como el castellano-manchego que esta campaña no había paladeado el dulce sabor de la victoria a domicilio. En las próximas semanas se verá si ese tropiezo fue un simple accidente o la señal de que un recién ascendido como el UCAM, que está realizando una excelente temporada, baja los brazos y deja expedito el camino a un Cádiz que podría quedarse sin el último oponente en la pugna por la plaza más codiciada.

La dinámica que ha tomado la Liga abre un paralelismo con el desarrollo del curso anterior. La Hoya Lorca, entonces también recién ascendido, ocupó el liderato durante buena parte del ejercicio hasta que en la 33ª jornada fue superado por un Albacete que ya no se movió del primer peldaño gracias a su buen hacer y también a la resignación del cuadro lorquino, que sacó la bandera blanca cuando se vio por debajo en la clasificación. Los albaceteños fueron campeones a falta de dos jornadas y luego retornaron a Segunda División A a las primeras de cambio en la eliminatoria entre líderes. El UCAM mandó durante 18 jornadas y no sería extraño que, después de haber cedido el testigo al Cádiz, diese por bueno la segunda posición.

El conjunto amarillo, instalado con 59 puntos en la cima del grupo, no tardará en certificar su pase a la fase de ascenso porque el quinto clasificado -la Balona- atesora 44, es decir 15 menos. Pero el objetivo del Cádiz, más allá de acceder al play-off, es hacerlo por la puerta grande tras quedar campeón, sobre todo una vez que obra en su poder un liderato que tanto tiempo le ha llevado capturarlo. Para cumplir el primer itinerario marcado en la hoja de ruta del ascenso -el segundo será la fase definitiva una vez acabada la Liga-, los hombres de Claudio Barragán no pueden permitirse el lujo de levantar el pie del acelerador porque un tropiezo podría meter del nuevo al UCAM en la pelea por el plato más apetitoso. El Cádiz se repartirá a partes iguales su papel de local y visitante los diez episodios finales (cinco en casa y otros cinco fuera), mientras que a la escuadra murciana le esperan cuatro choques en su feudo y seis en campo ajeno, lo que supone una dificultad añadida en la recta que conduce a la línea de meta. Los universitarios se enfrentarán en su feudo a Granada B, Melilla, Sevilla Atlético y Almería B, y tendrán que viajar para medirse a Marbella, Arroyo, La Hoya Lorca, Cacereño, San Roque de Lepe y El Palo.

El líder, por su parte, recibirá a Sevilla Atlético, Almería B, Balona, Cartagena y Villanovense, y se batirá a domicilio contra San Roque de Lepe, El Palo, Lucena, Córdoba B y Arroyo. Buena parte del liderato pasa por amarrar todos los puntos en casa (15), además de mantener la línea positiva trazada a domicilio. Si el UCAM se deja más puntos en el camino, menos necesitará el Cádiz para sellar su pasaporte como primero. Si todo sigue como hasta ahora, la Liga podría quedar decidida con varias jornadas de antelación y tanto cuerpo técnico como jugadores dispondrían de tiempo más que suficiente para preparar a conciencia el cruce entre campeones en pos del salto a Segunda A.