Los inicios de Ramón Blanco como futbolista se produjeron allende los mares, en concreto en las filas del Sportivo Italiano, un equipo argentino en el que militó entre 1969 y 1971 antes de cruzar el Océano Atlántico para recalar en el Mallorca de su España natal. Su breve paso por la entidad balear sirvió de preámbulo a su aterrizaje en Andalucía, en concreto en el Betis. Tras tres campañas de verdiblanco, por fin llegó al club del que se convertiría en santo y seña para el resto de su vida, el Cádiz. Cuatro ejercicios vestido de amarillo bastaron para que se enamorara de este rincón, donde fijó su residencia una vez que regresó del Recreativo. A lo largo de sus últimos años como futbolista, gozaron con él las aficiones de Racing Portuense, Chiclana CF, Atlético Sanluqueño y Moguer.

Iniciado como técnico en la cantera cadista, cuyo primer equipo llegó a dirigir en tres etapas, otros banquillos en los que se sentó a lo largo de su trayectoria profesional fueron los de Atlético Marbella, Almería CF, Granada CF, Torredonjimeno y CD San Fernando. Al equipo isleño lo llevó dos veces a la disputa de la fase de ascenso a Segunda B. En la primera de ellas no subió por un gol, siendo repescado para cubrir una vacante.