Álvaro García y Aridane Hernández son dos jugadores que el Cádiz desea tener de nuevo para cuando comience la aventura por la categoría de plata. Pero el problema es grande al tratarse de dos cedidos, por lo que el club gaditano depende de lo que decida la entidad que tiene los derechos federativos de ambos, el Granada.

El caso de Álvaro García se antoja como el más complejo de los dos, ya que Paco Jémez, nuevo entrenador del primer equipo granadinista, tiene intención de verle en acción durante la pretemporada. Jémez tiene muy buenos informes del utrerano y su primer objetivo es tenerle trabajando a sus órdenes cuando arranquen los entrenamientos.

El Granada vuelve al trabajo el próximo jueves, día 7, pero parece poco probable que el ex cadista esté ese día en la capital de La Alhambra porque apenas habría disfrutado de nueve días de vacaciones. Todo hace indicar que el extremo se unirá al trabajo del Granada más tarde, pero que Jémez se tomará el tiempo necesario para analizar sus condiciones antes de decidir si tiene sitio en la plantilla profesional de Primera División.

El rendimiento de Álvaro García con el Cádiz está muy presente en la entidad rojiblanca, que ahora queda a la espera de lo que decida el entrenador antes de tomar una decisión sobre el futuro del jugador. Al Cádiz le queda armarse de paciencia y tener atada alguna alternativa por si finalmente no fuera posible que el utrerano vistiera de amarillo otra vez en Carranza.

Mientras tanto, conjuntos de Segunda A y alguno de Primera muestran interés en el extremo sevillano.

En cuanto a Aridane, hay equipos de Segunda A que entienden que el central tiene sitio en su proyecto aunque el Cádiz está bien situado y el jugador contempla con agrado seguir en la Tacita. Su continuidad parece, a priori, más factible que la de Álvaro.