Cádiz CF

El Mirandés, un dolor de cabeza

  • El equipo burgalés es de los peores recuerdos del cadismo pese a que sólo se han cruzado tres veces

El Mirandés, un dolor de cabeza

El Mirandés, un dolor de cabeza

Pocos equipos forman parte de los peores recuerdos del cadismo con tanta intensidad como el Mirandés con tan escasos enfrentamientos como los que ha habido entre el conjunto gaditano y el burgalés. De hecho, sólo en tres ocasiones se han visto las caras, dos en Anduva y una en el Ramón de Carranza, con un saldo favorable a los castellano-leoneses porque el triunfo siempre se quedó en casa. Sin embargo, atendiendo a la suma global de esos encuentros más allá de los resultados, a las consecuencias y a las sensaciones, la única realidad es que el titular de Miranda de Ebro se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza para el de la Tacita de Plata.

Todo empezó en la fase de ascenso a Segunda A de la temporada 2010/11. La escuadra por aquel entonces entrenada por Jose González, que perseguía recuperar la categoría perdida un año antes con Víctor Espárrago, había finalizado la Liga regular en la cuarta posición del Grupo IV de la Segunda B, mientras que los pupilos de Carlos Pouso llegaban al momento de la verdad como segundos del Grupo II.

Con la ventaja del factor campo para el mejor clasificado, la primera eliminatoria arrancaba en Carranza el 22 de mayo de 2011 con un 2-0 más que merecido y que invitaba a soñar. El Cádiz marcó de penalti en los compases iniciales y sentenció en la recta final, pero el rival dejó bien claro que vendería caro su adiós.

En efecto, una semana más tarde las tornas cambiaron para desgracia del cadismo. Y, para colmo, de forma muy cruel. El Mirandés salió a por el partido pero no pudo adelantarse en el marcador hasta justo antes del descanso, y mediada la segunda parte igualó la eliminatoria, en ambas ocasiones gracias al acierto de Alain. Las espadas estaban en alto aunque, para infortunio de los visitantes, las decisiones arbitrales empezaban a inclinar la balanza. Así y todo, Pachón marcó a falta de nueve minutos para los 90 reglamentarios un importantísimo 2-1 que obligaba a los locales a anotar dos para superar la ronda. Los amarillos acariciaban el pase cuando Baquero, en propia puerta, colocó en el tanteador un inquietante 3-1. Y cuando se jugaba el tiempo de prolongación, en el 93', Mújika llevó el júbilo a las gradas y la decepción a un equipo y una afición gaditanos que, a partir de ese día, colocaban el nombre del Mirandés entre los rivales malditos.

El conjunto castellano-leonés finalmente no subió esa campaña sino a la siguiente, consolidándose en la categoría de Plata también porque el factor suerte en la 2013/14 le permitió salvarse en los despachos a costa del Murcia, descendido administrativamente, y reencontrándose con el cuadro ahora dirigido por Álvaro Cervera en el presente curso. Así, en la tercera jornada medían sus fuerzas en Anduva con unos registros muy similares, no en vano ambos habían empatado sus dos anteriores partidos.

El choque no pudo empezar mejor para los cadistas, que se adelantaron pronto merced a un gol de Ortuño y cobraron una significativa renta pasada la media hora con el 0-2 de Salvi. Todo apuntaba a la primera victoria amarilla del ejercicio, pero el colegiado alicantino Ais Reig se cruzó por el camino con una más que rigurosa expulsión de Santamaría por doble amarilla que influyó decisivamente en el devenir de la contienda. La polémica roja al delantero vasco, antes del descanso, despertó al Mirandés, que a la vuelta del vestuario remontó con dianas de Eguaras, de penalti, Maikel y Guarrotxena, acabó sumando los tres puntos y se reafirmó como un adversario de pésimo recuerdo para un cadismo con ansias de revancha.

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