cádiz | LUGO

Lobo con piel de cordero

  • El conjunto gallego da un salto y se mete de lleno en la batalla por el ascenso en la mejor temporada de su historia en la categoría de plata

Carpio golpea el balón mientras se interpone Seoane en el encuentro contra el Lugo de la primera vuelta.

Carpio golpea el balón mientras se interpone Seoane en el encuentro contra el Lugo de la primera vuelta. / lof

El Lugo va dando pasos en el crecimiento que experimenta en los últimos años. Cumple la sexta temporada consecutiva en Segunda División A -después de un breve paso en la campaña 1992/93- sumergido en la mejor etapa de su historia, que quiere rubricar con el que sería su primer ascenso a Primera.

El club gallego se ha ido estabilizando en la categoría de plata después de tumbar al Cádiz en aquella eliminatoria resuelta en la tanda de penaltis en junio de 2012. Atesora la suficiente experiencia para pensar en cotas mayores, siempre con piel de cordero, la de una entidad modesta que cuenta con un estadio pequeño -con capacidad para algo más de 8.000 espectadores- y el respaldo de una masa social que ronda los 5.000 abonados.

Si la pasada temporada ya coqueteó con los puestos de fase de ascenso -terminó la Liga en una meritoria novena posición-, la actual es la de la explosión definitiva, al menos hasta el momento. Los lucenses fueron de menos a más hasta el extremo de residir buena parte de la primera vuelta en la zona noble de la clasificación y llegan al estadio Ramón de Carranza en la cuarta plaza, con la etiqueta de aspirantes al ascenso ganada a pulso cada fin de semana sobre el terreno.

El club lucense demuestra que va a por todas con las incorporaciones que está acometiendo en el mercado de invierno gracias al medio millón de euros que ingresó por el traspaso al Málaga del defensa central Ignasi Miquel. Son el delantero Chuli -cedido por el Getafe-, el extremo Jaime Romero -procedente del Córdoba- y el lateral derecho Álvaro Lemos, que estaba cedido en el Lens por el Celta de Vigo pero regresa a España después de una mala experiencia en el fútbol francés. Las tres caras nuevas refuerzan una plantilla que ya había sido reformada con amplitud el pasado verano con 13 fichajes, entre ellos los de los ex cadistas Josete y Luis Ruiz.

La trayectoria positiva del Lugo obedece en buena medida a la labor que desarrolla su entrenador, Francisco Javier Rodríguez Vílchez, conocido en el mundo el fútbol como Francisco. El técnico llegó con la difícil misión de mejorar la campaña realizada por el equipo con Luis César Sampedro y está superando todas las expectativas. Del objetivo inicial de la permanencia -a falta de los 50 puntos de rigor- pasa al reto más ambicioso.

Francisco dota al equipo de carácter con la apuesta añadida por la posesión del balón. El sistema más utilizado es el 4-2-3-1, es decir, dos pivotes y tres centrocampistas por delante con movilidad en la zona de tres cuartos. Fernando Seoane y Azeez -este último una de las revelaciones de la Liga- toman el mando, Iriome y Fede Vico actúan como puñales por las bandas y en punta sobresalen dos hombres: Cristian Herrera y Barco, ambos con cuatro goles. No siempre emplea el mismo sistema. El 4-4-2 es la alternativa más usual cuando cambia de dibujo.

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