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Líder obligado

  • Sankaré, que ayer se retiró del entrenamiento por precaución, debe dar un paso al frente ante el Nástic como referencia de la defensa ante la baja de los sancionados Aridane, Carpio y Brian

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Papa Khalifa Sankaré, que ayer se retiró de la sesión de trabajo por precaución, se convertirá el próximo domingo en el partido del Ramón de Carranza contra el Nástic en el único defensa titular que formará en el once inicial, debido a la baja por sanción de Aridane, Carpio y Brian. Por ese motivo, por quedarse como único fijo de Álvaro Cervera en la retaguardia, el senegalés deberá dar un paso al frente para convertirse en referencia de la línea, un líder obligado por las circunstancias que desde que llegó a la Tacita de Plata ha vivido diferentes momentos, desde el periodo de adaptación a su consolidación en el equipo, pasando por un bache importante y el reencuentro con su mejor nivel.

De manera intencionada o casual, lo cierto es que el choque del pasado fin de semana frente al Alcorcón en el Estadio Santo Domingo propició que de una tacada Aridane, Carpio y Brian completaran el ciclo de amonestaciones, el segundo en el caso del central y el primero en el de los laterales, de tal modo que el entrenador asumió de golpe y porrazo que deberá sacar ante el conjunto de Tarragona una zaga completamente novedosa, inédita de hecho. Afortunadamente, esta circunstancia se produce cuando el único defensor titular que no ha sido suspendido por el Comité de Competición parece haber dejado atrás las dudas que sembró a su regreso de las vacaciones de Navidad.

En efecto, pese a que los números de Sankaré le confirman como el cuarto zaguero más utilizado por el técnico, con 27 encuentros disputados, 26 de ellos desde el principio, para un total de 2.290 minutos, sólo superado entre sus compañeros de atrás por los 3.080 de Carpio, los 2.955 de Aridane y los 2.410 de Brian, su rendimiento ha estado marcado por altibajos y por el infortunio de haber sido protagonista de alguna que otra jugada que le ha señalado, en forma de penaltis, tarjetas o fallos que dieron lugar a goles rivales importantes.

Tras debutar en la tercera jornada en Miranda de Ebro, la única vez que comenzó en el banquillo, volver a tomar parte en la sexta ante el Numancia y hacerse con un hueco entre los elegidos a partir de la novena, justo después de la doble derrota encajada frente a Oviedo en casa y Rayo en Vallecas, el veterano senegalés, de 32 años, ha sido indiscutible para Cervera casi siempre junto a Aridane y excepcionalmente formando pareja con Migue González, en la 12ª jornada en Lugo, y con Servando, en la 34ª en Huesca.

Curiosamente, desde que se hizo con un hueco en el once inicial sólo se ha perdido tres citas y en las tres el Cádiz fue incapaz de conseguir la victoria. En la 16ª jornada causó baja precisamente contra el Nástic en Tarragona por culpa de unas molestias en una rodilla. El choque acabó 1-0. En la 23ª, no pisó el césped del Iberostar Estadio de Palma de Mallorca por la expulsión sufrida por doble amarilla una semana antes en la Tacita ante el Almería. En la capital balear los amarillos no pasaron del empate (0-0). Y en la 26ª, en el Carlos Tartiere, tampoco pudo estar presente porque ante el Getafe había completado el ciclo de cinco amarillas. El Oviedo remontó para imponerse 2-1.

La importancia de Sankaré, pues, no admite dudas. Sin embargo, el central ha sido protagonista de contrastes que han propiciado más de una crítica. Así, después de acceder a la titularidad y ganarse el puesto con actuaciones convincentes que coincidieron con la progresión de los cadistas en la primera vuelta hasta instalarse en la zona noble, el parón navideño resultó estrepitoso para este jugador en particular. A su regreso tardó más de lo deseado en recuperar el ritmo de competición y fue actor principal en acciones que pusieron el foco de atención sobre su nombre. Los ejemplos más significativos, la expulsión sufrida en el primer duelo de la segunda vuelta ante el Almería, con una segunda amarilla quizás innecesaria; la decisión de Cervera de dejarlo en la caseta tras el descanso del Cádiz-Mirandés al haber visto ya la tarjeta; el error -acaso inducido por Brian- en la jugada del gol del triunfo del Tenerife en Carranza, y los penaltis cometidos por entradas un tanto desmedidas. Como en una ocasión explicó el propio entrenador, al senegalés puede que le haya penalizado su corpulencia, un futbolista que se ve venir, pero lo cierto es que el equipo se ha quedado debilitado en varias oportunidades por culpa de ello.

No obstante, cuando ha recobrado su mejor versión, cuando al fin ha recuperado el nivel de antes de Navidad, Papa Khalifa se ha convertido en un baluarte inexpugnable, con regularidad, desplazamiento en largo, sin complicarse la vida y con una estelar actuación sin ir más lejos el pasado fin de semana en Alcorcón, coronada, por si fuera poco, con un gol, su tercer tanto desde que luce en su pecho el escudo cadista, ya que antes había anotado al Sevilla Atlético y al Getafe en el Coliseum Alfonso Pérez, lo que le convierte en el defensa más realizador de la plantilla.

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