Cádiz CF

Huguet: "No le he costado al Cádiz ni un solo céntimo"

  • El gaditano se despide de la presidencia del club con la conciencia tranquila y con una espina clavada "por el ascenso frustrado" · "No me voy", avisa como aficionado

Enrique Huguet es un hombre de palabra. Mide con precisión toda aquella que pronuncia y siempre cumple con lo que decide prometer al prójimo. El gaditano llegó el verano pasado a un acuerdo con los máximos accionistas del Cádiz para ocupar el sillón presidencial del club durante la temporada que ayer tocó oficialmente a su fin y, pese a los empujones que recibió desde que empezó a moverse con un escudo del equipo amarillo pegado a las solapas de sus chaquetas, jamás dio un paso hacia atrás. No le fue nada fácil avanzar en ese camino que le ha llevado a formar parte de la historia de los dirigentes de una entidad centenaria. Y menos si se valora que se había convertido en un jubilado del mundo de la construcción profesionalizado en abuelo. Le llovieron críticas injustificadas y apenas contó con apoyos o palmadas en la espalda. Incluso en su propia familia, según hizo público más de una vez, hubo "pares y nones" a la hora de respaldar su muy meditada decisión. También le criticaron públicamente por moverse con hilos, cuando los hilos ha demostrado moverlos él en una sola dirección: allanar el futuro del Cádiz. ¿Qué recriminarle a un hombre que lo ha dado todo por el equipo de su tierra de forma altruista? Nada. ¿Qué agradecerle? Todo.

Enrique Huguet, bien nacido, sólo tuvo ayer medidas palabras de agradecimiento en su rueda de prensa de despedida como presidente del Cádiz: "Quiero dar las gracias a una afición que ni mucho menos está muerta, y particularmente a la federación de peñas y a las Brigadas Amarillas, que me han regalado la bufanda que portaré a partir de ahora en la grada; a los jugadores y al cuerpo técnico; a todos los empleados del club; a la prensa, que me ha enseñado a convivir con la crítica y a hacer de la comunicación una herramienta de trabajo; a las personas que han permitido que el Cádiz tenga la infraestructura que tiene hoy día y que no son otras que Pepe Barroso, González Cabaña y Teófila Martínez; gracias también a Vicente Sánchez, el concejal del Cádiz; y a todos los técnicos de todas las instituciones". "No me voy, nunca dejaré sólo al Cádiz y siempre estaré a su disposición en la fila 13", resumió el ex presidente del club amarillo hablando ya como un mero aficionado.

Enrique Huguet se marcha del consejo de administración con la conciencia tranquila y con una espina clavada "por el ascenso frustrado". El gaditano siempre habló de tres pilares básicos en su objetivo y ayer destacaba que la afición y la cantera están vivas. "Aunque hay dos jugadores que queremos renovar y que no podemos", escupió. "Pero el objetivo del ascenso no he podido cumplirlo. Al resto de la gente del club que ha trabajado conmigo le doy un notable alto, pero yo no sé si he aprobado", recordó autocrítico y pensando en los últimos minutos del partido de vuelta contra el Mirandés disputado en el campo de Anduva.

El exdirigente cadista, que explicó que medió ante Paco Romero para intentar que el club se quedara en manos gaditanas, quiso dejar algo muy claro: "Desde que llegué en 2004, cuando Antonio Muñoz y Francisco González Cabañas me pidieron que fuera manager de El Rosal, nunca le he costado ni un solo céntimo al Cádiz".

Enrique Huguet se despidió del cadismo tras un año muy duro con la presencia de un solo consejero en la sala de prensa, Manuel Calderón. Midió las palabras y no dijo estar mejor solo que mal acompañado. Otra cosa es que lo pensara.

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