El Cádiz CF recupera la consistencia que necesita de manera ineludible en el periodo más importante de una temporada que vive unas últimas semanas de competición que se antojan frenéticas. Es la etapa más difícil. La irrupción del momento de la resolución del torneo de la regularidad coincide con el enfrentamiento con los oponentes más fuertes y por tanto no hay otra alternativa que sacar a relucir la versión más solvente.

Lo consiguió frente a un Málaga desactivado por el férreo armazón defensivo de un conjunto amarillo que demostró cuando es capaz de exponer su argumento más fiable se vuelve el equipo más incómodo para el adversario de turno.

La cuestión es si es suficiente para el Cádiz CF edificar una muralla inexpugnable para sostenerse arriba. Hasta el momento sí, pero los próximos partidos son de auténtica traca. Si esa apuesta por la fortaleza le da para algo más que para los empates es el interrogante que se abre. El paso corto del punto a punto debe ir acompañado sin más retraso de victorias en el tramo decisivo de un curso que divisa el final en el cercano horizonte. No queda otra. Si además deja buenas impresiones en la primera de las finales, el siguiente reto es mantener el rendimiento óptimo y traducirlo en resultados.

Los amarillos tienen la amarga y cercana experiencia de la pasada campaña, cuando dejaron escapar una situación inmejorable de meterse en la fase de ascenso en el momento que dejaron de conjugar el verbo ganar. No sólo se cayó por las derrotas, los sucesivos equilibrios en el marcador acabaron pasando factura.

Esta temporada corre el peligro de repetir el recorrido del año pasado. No aprovechó una serie de partidos para sumar de tres en tres (aquellas igualadas consecutivas en casa frente al Lugo, Córdoba y Real Zaragoza o las recientes tablas en el terreno del Rayo Majadahonda) y ahora se ve obligado a dar la talla frente a los contrarios más poderosos. El pasado lunes mantuvo el tipo en el choque contra el Málaga y ahora le queda por delante Deportivo de La Coruña, Osasuna, Granada… Huesos muy duros de roer pero ante los que no tiene otra solución que sacar petróleo para poder confirmar su presencia en las eliminatorias.

Los de Álvaro Cervera se despeñaron hace un año arrastrados por la decena de empates que cosecharon en la segunda vuelta. Tantas igualadas resultaron engañosas porque por cada punto que sumaban perdían dos y los rivales directos sí avanzaron con paso firme.

El Cádiz CF acumula en la temporada actual siete empates en la segunda parte del campeonato. En ese tramo que comprende desde la 22ª jornada hasta ahora ha sumado 28 puntos, tres más que los 25 que acreditó en los 21 capítulos finales del último ejercicio. Mejora sus prestaciones, pero de nuevo los empates pueden llegar a ser un lastre si se prolongan en demasía. Si camina de uno en uno, los perseguidores tendrán la oportunidad de superarle.

Ganar es un asunto de Estado para un Cádiz CF que si algo sigue demostrando es su capacidad para esquivar la derrota. Ha perdido sólo dos partidos en la segunda vuelta, ambos como visitante ante el Oviedo y el Elche. Acumula ocho jornadas seguidas sin perder, aunque durante ese tiempo ha dejado volar diez puntos fruto de cinco equis, cuatro de ellas en su terreno. Cuidado con los empates.

El Cádiz CF es el segundo equipo que presenta más igualadas en la segunda parte de la Liga. El primero es el Málaga, que sufre también el mal de los empates. Las ocho tablas que llevan los costasoleños en la segunda vuelta les han llevado de pelear por el ascenso directo a verse fuera de la zona noble de la clasificación por vez primera en toda la temporada (baja al séptimo puesto) tras el 1-1 que imperó el pasado lunes en el Carranza.

Pese a las dificultades, el Cádiz CF es el tercer mejor equipo de la segunda vuelta. Soló el intratable Osasuna y el Mallorca han sumado más puntos que los amarillos: 39 los navarros, 31 los insulares y 28 los gaditanos.