Que al Cádiz le ha hecho, le hace y le hará falta un medio centro esta temporada es un secreto a voces que ha dejado sordo a todo el cadismo menos a la dirección deportiva del club. Meses y meses han estado los amarillos esperando la recuperación de Andrés Fleurquin, como si el uruguayo fuera agua de mayo, y finalmente, en la última oportunidad con forma de mercado de invierno, no se trajo a ningún jugador para reforzar una posición que ha dado serias muestras de cojera durante toda la temporada.

En la jornada 29ª, en la visita del Rayo al Carranza, apareció Andrés Fleurquin como titular por primera vez en el regreso a Segunda División. Y se desveló otro secreto a voces: que lo que necesitaba el equipo no era otro medio centro de corte defensivo, sino un futbolista que supiera qué hacer con el balón en los pies, que no se escondiera cuando los rivales apretaran y que animara a los aficionados a ir al estadio para ver algo -alguien- distinto al resto.

En el camino del intento de suplantar las carencias en la política de fichajes se quedaron Carlos Caballero, Fran Cortés y Abraham, que ha acabado demostrando en la mediapunta que puede ser algo -alguien- distinto al resto si la gasolina le dura algo más.

Javi Gracia, como más tarde haría Víctor Espárrago, incluso tiró de Dani Fragoso en la medular en busca de un poco más de control del balón... Fue en San Sebastián, en el el partido que acabó ejerciendo de verdugo del joven entrenador navarro.Y tanto Gracia como Espárrago, con la misma plantilla prácticamente entre manos, han venido apostando por el que ha sido, es y, parece ser que será, titular indiscutible del Cádiz esta temporada: Jon Erice.

El navarro, desvinculado de Osasuna y sin contar para Antonio Calderón en el Huesca, llegó en el mercado de invierno de la temporada pasada y este año ya ha renovado su contrato gracias a la regularidad que lleva a los 25 partidos disputados. Ha jugado al lado de Abraham, Ormazábal, Caballero y Dani Fragoso. Y todos le han hecho ser indiscutible. Ahora tiene a otra pareja, el inestimable Andrés Fleurquin, el capitán del submarino amarillo.