Cuestión de tener arte o de caer de pie en los sitios. El caso de Eddy Silvestre resulta llamativo por la capacidad de mantenerse en el fútbol profesional después de unos años en los que su registro personal no invita al optimismo. Lejos queda ya la campaña 2013-14, cuando en las filas del Real Murcia acumuló 38 partidos en la categoría de plata. Desde entonces su participación año tras año ha sido discreta o floja, pero pese a todo sigue en un equipo de Segunda.

Eddy Silvestre tiene pasado en el Cádiz por aquel curso 2016-17 -el primero en la división de plata desde el último ascenso- en el que actuó en 21 encuentros (nueve como titular). Su rendimiento no convenció a Cervera para que pudiera seguir. La pasada campaña hizo 12 partidos entre su actual equipo y el Nástic de Tarragona. Y en la 2015-16, antes de fichar por la escuadra gaditana, disputó ocho encuentros entre el Carranza y el Nuevo Arcángel de Córdoba.

Hoy vuelve a la capital gaditana y se reencontrará con una grada en la que no dejó demasiados amigos por su manera de vivir y entender los partidos de fútbol. Dejó muestras de poseer mucha calidad, pero también se comprobó que para su juego se requiere mucho más en el aspecto del sacrificio y del esfuerzo solidario.