Un pequeño borrón y una cuenta nueva. El Cádiz disimuló con maquillaje del malo la pésima imagen ofrecida el pasado domingo en el campo del Lucena y anoche, tras ir conciliando el sueño durante el partido, durmió en puesto de fase de ascenso tras imponerse al Écija sin muchos alardes en su juego. Los amarillos cambiaron el guión que vienen ofreciendo en la presente temporada y esta vez lo que se tiró por la borda fue el segundo tiempo. Los primeros veinte minutos, en los que Ferreiro y Akinsola anotaron los dos goles de la tarde, fueron lo mejor de los pupilos de Jose González. Y desde entonces, no hubo la intensidad necesaria que requerían las circunstancias.

Se dejó escapar una buena oportunidad de acabar goleando a un rival dócil en defensa e inoperante en ataque que, aún así, puso en aprietos a Oinatz Aulestia en más de una ocasión. Y queda la sensación de que la deuda no se ha saldado del todo. A partir del duelo de Copa del Rey del próximo miércoles en Orihuela, en el que tan solo importa el resultado para recibir en Carranza a uno de los equipos de Primera División que juegan competición europea, la afición, que en buena parte despidió ayer al equipo con pitos, seguirá observando con lupa la evolución de un proyecto de Quique Pina que sigue sin cambiar de marcha.

Jose González asumió la culpa de la dolorosa derrota en Lucena, primera de la temporada, y fue coherente a la hora de confeccionar el once inicial una semana después. El gaditano no hizo ninguna revolución y la única novedad, esperada por otra parte, fue la entrada en el equipo de Ikechi Anya en detrimento de Toti. También fue destacado que Juanjo, en contra de lo visto en los últimos partidos en el Ramón de Carranza, se quedó en el banquillo para que Akinsola gozara de continuidad.

No se vio en el arranque del partido la intensidad ofrecida durante los entrenamientos previos, pero el empuje y la suerte mejoraron respecto a otras primeras partes y los cadistas salieron decididos a poner pronto las cosas en su sitio. No costó hacerlo; ni esfuerzo ni tiempo. La escuadra astigitana puso las cosas muy fáciles y pasados los cinco minutos de juego, después de que Akinsola se cayera solo en el área rival cuando encaraba la portería, el Cádiz se adelantaba en el marcador. Fue una jugada de acoso y derribo. Ikechi Anya mandaba el balón al palo, Dioni lo recogía para tratar de batir a Ramón sin éxito y, tras la parada del meta visitante, el malagueño habilitaba a Ferreiro para que el gallego, con tanta clase como tranquilidad, cruzara el balón con su pierna derecha a la escuadra contraria.

No tardaba el Cádiz en volver a aparecer, pero Ramón abortaba una jugada individual de Akinsola. Antes, Honorio frenaba la euforia con un lanzamiento lejano y Aulestia tenía que intervenir tras un centro peligroso desde la banda derecha para recordar que no había motivo alguno para la relajación. Pero a un goleador en racha le gusta el protagonismo. Y Akinsola, máximo realizador del equipo amarillo a estas alturas de la temporada, sumaba la quinta diana a su incipiente cuenta particular. El nigeriano, que recibía un pase largo de Goikoetxea, se internaba en el área y batía por bajo a Ramón para abrir brecha antes de que concluyera la primera parte. Era el minuto 20 y hasta el descanso no hubo mucho más que destacar del Cádiz. Al menos, en lo que a cuestiones plausibles se refiere. Solo Aulestia, uno de los destacados, brilló para enmendar un fallo garrafal de Héctor Yuste cerca del área. Con una nueva jugada de Ikechi que salvó el meta visitante tras mandar el balón a saque de esquina finalizó la primera parte.

Si pronto había marcado el Cádiz, pronto movía el banquillo Jose González. El entrenador gaditano sacaba del terreno de juego a Dioni, que estuvo prácticamente desaparecido, y le concedía una nueva oportunidad a Toti. La primera jugada de estos segundos 45 minutos pudo suponer el tercer tanto de los amarillos, pero Ferreiro lanzaba alto tras una internada de Ikechi por la banda izquierda. Era la única ocasión en quince minutos. Y es que se vencía, pero ni mucho menos se convencía. El balón duraba poco en los pies, se regalaban demasiadas faltas al rival al borde del área - una de ella fue lanzada de un punterazo-, el último pase no cabía en ningún marco y el remate escaseaba.

El partido era una provocación al contraataque y el Cádiz, con un potencial envidiable, no caía en ella por mucho que el rival insistía. Lucas Cazorla también hacía de su banquillo una coctelera y Ramón volvía a salvar los muebles ante Akinsola y Toti. En los últimos minutos, perdonaba el Écija y perdonaba el Cádiz. El partido, más que aburrido, no tenía perdón alguno.

Árbitro: Martínez Lemus (extremeño). Auxiliado en las bandas por Pulido Durán y Gargantilla Fernández (extremeños).

Tarjetas: Amarillas Por parte del Cádiz: Camille (26') y Óscar Pérez (39'). Por parte del Écija Balompié: Óscar (55'), Valverde (65'), Víctor Armero (73') y Juan Pablo (88').

Goles 1-0 (6') Ferreiro. El gallego culmina una jugada de ataque del Cádiz cruzando el balón con su pierna derecha a la escuadra opuesta tras recibir un pase en corto de Dioni dentro del área. 2-0 (20') Akinsola. Balón largo de Goikoetxea hacia el delantero nigeriano, que se interna en el área y bate por bajo a Ramón.

Incidencias: Partido de la jornada 8ª en el grupo IV de Segunda División B disputado en el estadio Ramón de Carranza ante 6.851 espectadores, según el dato facilitado por el club amarillo. Terreno de juego en buenas condiciones para la práctica del fútbol. Los jugadores del Cádiz tuvieron un bonito detalle con una aficionada invidente antes del partido. Se llama Inés y no se pierde un partido en directo de su equipo en casa. Los pupilos de Jose González se dirigieron en grupo hacia Fondo Sur y le entregaron una camiseta firmada por toda la plantilla.