La primera plantilla cadista entrenó en la mañana de ayer en las instalaciones de El Rosal y la gran novedad fue la presencia de Javier Carpio, que se ejercitó con absoluta normalidad junto al grueso del grupo. El lateral derecho se lesionó hace tres semanas en Gijón, una dolencia que se unió a la de Rober Correa, el otro lateral derecho. Esta situación ha provocado que en las últimas jornadas Servando, que es central, haya tenido que improvisar como lateral derecho.

La aparición de Carpio se convirtió ayer en la mejor noticia porque significa que el zaguero ha iniciado la cuenta atrás para volver a estar a disposición de Álvaro Cervera. Otro asunto será si llegará a tiempo para jugar el sábado próximo en Zaragoza, lo que dependerá de su respuesta en las dos sesiones de trabajo que le quedan aún a los jugadores antes de poner rumbo a la capital aragonesa. Si Carpio no estuviera todavía en las condiciones que requiere el entrenador, especialmente por la exigencia que requiere el equipo, Servando repetiría por cuarto encuentro consecutivo en el lateral derecho salvo que Correa fuera el elegido.

Cabe recordar que Carpio se lesionó en el partido frente al Sporting, cuando en un salto tuvo una mala caída y sintió unas molestias que le obligaron a dejar el partido. Desde entonces ha causado baja por un esguince en una rodilla y no ha estado presente en los partidos de Liga contra el Valladolid y el Albacete ni en el de Copa frente al Betis.

En la sesión de ayer también trabajó bien Villanueva, mientras que Salvi se retiró antes por una leve sobrecarga. Sankaré y Perea estuvieron por el terreno de juego aunque ambos continúan lesionados y no estarán en La Romareda. En cuanto a Rober Correa, su mejoría es un hecho, si bien para ir citado a Zaragoza depende de una resonancia.