Con el Cádiz ubicado desde el fin de semana pasado en la 16ª posición del grupo IV de Segunda División B, la cual le obligaría a final de temporada a superar dos eliminatorias consecutivas para evitar el descenso a Tercera División, la afición amarilla anda muy asustada con toda la razón del mundo. El hábitat natural del equipo amarillo a lo largo de su historia ha sido la Segunda División, categoría de plata, con pasos ocasionales tanto por Primera División como por la más joven Segunda División B. Para alertar a los más confiados con que el Cádiz siempre reacciona en casos similares al actual, cabe recordar que en el historial del club aparecen dos descensos a Tercera División, por aquel entonces aún categoría de bronce, y otro a Primera Regional, en esa época cuarta categoría del fútbol nacional al igual que la Tercera División hoy en día. Todo ello sin contar otro descenso a Tercera División, el de la temporada 1935/36, que finalmente no se hizo efectivo gracias a la reestructuración de categorías que se decidió una vez acabada la Guerra Civil.

Hay que remontarse hasta la campaña 1942/43 para dar con el primer descenso consumado a Tercera División del Cádiz. El sistema competitivo de aquel ejercicio fue un lío monumental. Los cuatro últimos del grupo de ocho equipos de la primera fase se vieron condenados a disputar una fase de permanencia prácticamente imposible de saldar con éxito porque se libraban de bajar dos conjuntos de los 30 que la disputaban, divididos en seis grupos de cinco integrantes cada uno. El Cádiz perdió sus opciones en la segunda fase ya que sólo el campeón de grupo pasaba a la decisiva fase final. Teodoro Mauri, entrenador al principio, fue suplido posteriormente por Santiago Buiría, que hizo de técnico-jugador.

El siguiente batacazo a Tercera se produjo en el ejercicio 1968/69 con Julio Vilariño cumpliendo su cuarto año en el banquillo del Ramón de Carranza. Descendían cuatro automáticamente, por lo que el Cádiz, 18º al final, acompañó a Mestalla, Indauchu y Jerez Industrial.

Con el ya referido Santiago Buiría al mando y la denominación de Hércules de Cádiz por la momentánea fusión con el Hércules Gaditano, el peor instante de la historia del club se vivió en la campaña 1943/44 al bajar por única vez a la cuarta categoría del balompié español, entonces conocida como Primera Regional. Tras finalizar último de su grupo de Tercera, sucumbió en la promoción de permanencia contra el Melilla (3-1 fuera y 1-2 en casa) y acumuló de esa manera su segundo descenso seguido en un bienio.