Cádiz CF

El Cádiz CF vuelve a sonreír

  • Rendimiento notable del equipo amarillo en el Trofeo Carranza, con una segunda parte sobresaliente en la que Perea monta el taco

Los cadistas, con Perea en el centro, celebran la victoria.

Los cadistas, con Perea en el centro, celebran la victoria. / JESÚS MARÍN

El temor en el Cádiz CF y su entorno era grande a medida que se aproximaba el Trofeo Carranza, si se tomaba como referencia cercana en el tiempo los tres amistosos de Marbella en el 'stage' de pretemporada, saldados con derrotas -dos de ellas contra equipos de inferior categoría- y unas sensaciones preocupantes. Pero el revolcón del equipo a su crisis particular fue de campeonato aunque contra el Atlético de Madrid no estuvieran puntos en juego. Notable primera parte y sobresaliente la segunda, con Alberto Perea como 'O Rei' del fútbol al sacar de su repertorio mucho y todo bueno.

La conquista del Trofeo es una alegría cualquier verano porque al Cádiz CF le cuesta sudor y lágrimas quedarse con su entorchado. Lo hizo este miércoles después de una década sin levantar la monumental copa, si bien el análisis es más profundo y fructífero que el hecho de ganar el torneo. El conjunto de Álvaro Cervera fue capaz de ser identificado como el de sus mejores momentos a pesar de aspectos novedosos respecto al ADN de este entrenador. Orden táctico, posicionamiento casi perfecto, intensidad hasta lo que permite esta altura de pretemporada, rapidez al salir a la contra, precisión en movimientos y pases, experimentos que cada vez convencen más y posesión muy por encima de lo que fija uno de los 'mandamientos' del técnico.

La cuestión es que las fuerzas estuvieron más equilibradas en un primer tiempo con más nombres sobre el verde por parte del Atlético -con un Carrasco excepcional-, y que en el segundo la tendencia al alza del Cádiz CF se fue comiendo a un rival con más sello de su filial que otra cosa. Tampoco esto resta un ápice de mérito a los amarillos porque de rojiblanco acabaron el encuentro gente como Oblak, Saúl, Kondogbia o Santiago Arias.

El conjunto gaditano, desde que comenzó la 'era Cervera', siempre se ha distinguido por ejercer de bloque enarbolando aquello de 'uno para todos y todos para uno'. Pero huyendo de aquello de que 'no hay peor ciego que el que no quiere ver', es justo reconocer el papel individual de algunos futbolistas. Alberto Perea accedió al campo en el descanso para suplir a un Choco Lozano que había sido una de las principales satisfacciones de la primera parte. El hondureño parece que lleva toda la vida cayendo a la izquierda y en el Trofeo brilló en defensa y ataque, por lo que Perea aparecía por el verde con el listón muy alto por el papel de su compañero.

Quién dijo miedo. Perea se convirtió en el faro del Cádiz CF, el guía de la calidad en casi todas las acciones de ataque; algo así como una pesadilla para unos rivales que no encontraban la forma de parar el sangrado en e costado izquierdo. En mayor o menor medida Vrsaljko, Camus, Arias y Serrano sufrieron la ira de 'O Rei' Perea, que sacó a pasear sus mejores galas contra un escudo que defendió cuando llamaba a la puerta del fútbol profesional.

En jugada o a balón parado, el talentoso jugador cadista era siempre la referencia, al que buscaban todos sus compañeros viendo que, especialmente el miércoles, estaba tocado con una varita. Oblak le sacó todo lo que pudo con especial mérito para el portero en dos lanzamientos envenenados a los que respondió con esas manos prodigiosas que sólo puede exhibir el portero del conjunto rojiblanco. Todo ello hasta que no pudo con el empate. Otra vez Perea, otra vez giro, pisa, regate, movimiento de cuerpo... y el balón pegado a las botas; encontró sitio en un bosque de piernas y limpió la cepa del poste derecho del Atlético. De oreja y rabo que dirían en su familia, de claro sello taurino -su padre fue torero-, en una noche muy especial.

Akapo, fotaleza física y llegada

Para que Perea brillara como los elegidos, la labor del equipo tuvo mucho que ver. Un Cádiz CF que presume de ser un bloque pero que en su Trofeo destapó individualidades muy del agrado del respetable. Akapo se pegó una cantidad de kilómetros impropia a esta altura de pretemporada. Robo y llegada hasta la línea de fondo para centrar una y otra vez o buscar primero a Salvi y luego a Chapela como 'confidentes' por su lado. Si Cervera prueba a Iza en otras demarcaciones puede estar tranquilo con el lateral derecho siempre que las lesiones respeten a Akapo, que esa es otra cuestión.

La fábrica de rigor y fortaleza del Cádiz CF tiene su sala principal en el doble pivote, donde José Mari se dejó el alma y los cuádriceps en otra exhibición del roteño donde más le gusta. Primero con Alarcón y luego con Jonsson e incluso con Iza, el capitán puede presumir de ser la prolongación de Cervera sobre el césped. Mando en plaza, palpable en sus palabras en una campo aún con pocos espectadores, coherencia futbolística y esfuerzo solidario para recordar al José Mari con el que sueña el proyecto de Cervera.

Alarcón dio varias de cal y otras de arena. Tiene madera porque internacional con Chile no es cualquiera, pero debe aprender que esto es España para medir su gestión y su furia. La patada al tobillo de Giuliano Simeone fue dura, lo que debe ser un aviso para la Liga; esa competición en la que algún árbitro es capaz de mostrar la tarjeta roja por una acción como esa.

Haroyan iguala en algunas cosas a Alarcón. Si Shakira cantaba hace algo más de una década "esto es África", al central hay que ponerle una pizarra permanente frente a su lugar en el vestuario en la que sea lea "esto es España". El 'soldado' armenio puede ser una buena versión de Fali, si bien debe aprender castellano y que los delanteros de la Liga de las Estrellas te la dan con queso si haces el 'ganso' ante ellos. 

Hay otros aspectos del Cádiz CF que tampoco deben caer en el olvido como el penalti que detuvo David Gil en la tanda final, que también tiene su mérito, y la clase de un Negredo que parece tener diez años menos por lo mucho que ayuda siendo un ejemplo en aquello de 'la lucha no se negocia'.

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