El Cádiz ha recibido este lunes pasado la comunicación oficial por la que se le indica que a partir de ahora cuenta con 15 días hábiles para cubrir la ficha que tiene vacante como consecuencia de la grave lesión sufrida por Juan Hernández, de modo que cuenta de plazo para incorporar a un futbolista hasta principios de la cuarta semana del presente mes de octubre.

Dado que la reciente llegada del central catalán Sergio Sánchez se produjo cubriendo la ficha que se encontraba libre desde el cierre del mercado de verano, la que en estos momentos queda vacante es la que posteriormente ha dejado contra su voluntad el extremo murciano, una circunstancia que condiciona la contratación en el sentido de que puede tratarse de una operación que no precise tránsfer, esto es, un refuerzo procedente de cualquier lugar del mundo pero que se encuentre sin equipo, o bien un refuerzo que llegue traspasado por cualquier otra entidad de España.

Aunque los responsables de la parcela deportiva, encabezados por el director deportivo, Óscar Arias, están trabajando con el máximo sigilo, a nadie escapa que la prioridad pasa por reforzar el ataque con un hombre gol, un delantero que fortalezca la demarcación que siembra más dudas en este arranque del campeonato. De hecho, el Cádiz ha anotado hasta ahora sólo cuatro tantos y figura en este apartado como el último de la categoría, junto al Rayo Majadahonda y el Nástic, precisamente el próximo rival de los amarillos este domingo en el Ramón de Carranza.

Si bien el propio Álvaro Cervera ha repetido hasta la saciedad que el problema en estas primeras siete jornadas no es el delantero, resulta obvio que al no existir un auténtico referente arriba, un atacante del corte del Ortuño de la primera vuelta hace dos campañas, el resto puede verse obligado a dar un paso adelante para buscar el marco contrario, con los consiguientes riesgos.

En este sentido, el entrenador insiste en que cuando sus jugadores se empeñan en hacer más de lo que deben hacer al final acaba pasando lo que pasa, se dejan más espacios y los adversarios crean demasiadas ocasiones. El técnico, no obstante, se contradice en cierto modo cuando también reconoce que el hecho de que en la plantilla haya nada menos que cuatro delanteros es un indicio de que algo no se ha hecho bien. Si en sus esquemas sólo hace falta uno y puntualmente dos, debería bastar con un plantel en el que hubiera tres.

Ahora bien, si ninguno de los cuatro marca diferencias, por más que cumplan en otras labores que exige Cervera, parece indiscutible que no queda otra que aprovechar la ficha libre para dar con un delantero goleador sí o sí.