El Cádiz le necesita y él precisa del Cádiz. Es el 'matrimonio' entre el equipo amarillo y David Barral, que está llamado a reencontrarse mañana en el duelo contra Osasuna. El goleador cadista se perdió el partido en Lorca por una expulsión evitable a todas luces el día del Numancia. Una doble tarjeta amarilla que encendió a la afición, al vestuario y al propio futbolista, que es el primero en darse cuenta cuando se equivoca. El Cádiz necesita la mejor versión de Barral, si bien es inevitable que existan dudas sobre el repertorio que en esta ocasión traerá el isleño. Barral es sinónimo de gol, que no es poco en un conjunto gaditano donde no abunda esa virtud.

Antes de la expulsión contra el conjunto soriano, el ariete cadista había marcado en todos los partidos que había jugado tanto de Liga como de Copa del Rey. Un bagaje que le relanza como una pieza muy importante en el esquema de Álvaro Cervera. Una manera de hacer olvidar la mejor versión de Alfredo Ortuño la pasada campaña. La racha de Barral permitió al Cádiz estar arriba en Segunda División A y pasar dos rondas de la Copa hasta meter la cabeza en los dieciseisavos de final. Fue expulsado en la primera parte contra el Numancia y por esa doble cartulina amarilla se quedó fuera del Lorca-Cádiz; un punto de seis ha sumado el equipo en esas dos semanas y le ha sacado de la zona de fase de ascenso a Primera.

Con Dani Romera y Carrillo peleados con el gol, Álvaro García lesionado y Perea en una difícil fase de volver a recuperar sensaciones tras buena parte de la pretemporada en la enfermería por una apendicitis, Barral ha asumido su rol de líder para tirar del carro en forma de goles. Sólo sus coqueteos con la línea que rebasa lo correcto de lo incorrecto han provocado que él mismo se desestabilice y que eso lo acuse el grupo. Su comportamiento inadecuado dentro y fuera del terreno de juego es su mayor condena y, además, sabe que los colegiados y el entorno le tienen bien pillada la 'matrícula'.

Barral vuelve mañana y el cadismo no sabe qué versión se verá en el Ramón de Carranza ante un rival de la talla del Osasuna; un enemigo que exigirá lo máximo y que nada, o poco, tendrá que ver con el que quedó apeado de la Copa del Rey en suelo gaditano hace pocas fechas. El Cádiz es uno de los equipos menos realizador de la categoría de plata, en el que la puntería tiene un precio alto de dificultad. Barral es el hombre gol del proyecto amarillo y se aguarda a su regreso con la esperanza de poder reconducir la finalización y la trayectoria torcida en las tres últimas semanas.

Para lo bueno y lo malo, el isleño es un jugador diferente que tiene mucho peso en el plantel y que está obligado a poner toda la carne en el asador para ayudar a superar la primera cuesta de la temporada.