Alineaciones del Cádiz - Reus

El Cádiz se abstrae de la extraña fecha establecida desde Madrid para la disputa de un partido de fútbol y se centra, en la oscuridad de un lunes cualquiera de otoño, en confirmar los brotes verdes que germinaron en Almería con una nueva victoria, en esta ocasión frente al Reus en el estadio Ramón de Carranza a partir de las nueve de la noche, retransmitido en directo por televisión a través de los habituales canales de pago Vodafone, Orange y Bein Sports.

El conjunto amarillo dejó atrás, en las proximidades del Mediterráneo, la racha negativa que le perseguía, concretada en ocho jornadas consecutivas sin consumar una victoria, y en el cierre del 14º capítulo de LaLiga 1|2|3 afronta una oportunidad de oro de dar un volantazo de 180 grados con el que introducirse en una dinámica de alegría que le sirva de impulso en la clasificación. Es tiempo de escalada después de las penas.

Los futbolistas entrenados por Álvaro Cervera regresan al calor del hogar con la autoestima por las nubes y la firme intención de dedicar un triunfo a una afición que volverá a desempeñar con fidelidad el relevante papel de jugador número 12. Quizás hoy sean menos numerosos los seguidores en las gradas dada la inoportuna fecha de un duelo fuera del contexto del fin de semana.

No es una misión fácil la que tiene por delante un Cádiz que se enfrenta a uno de los rivales más incómodos de la categoría de plata que si destaca por algo es por su capacidad para desactivar a su oponente.

La escuadra tarraconense acumula únicamente dos derrotas -la mitad de las que contabilizan los gaditanos- y sólo una de ellas fuera casa, que sufrió en los albores de la temporada. Comparece por delante en la tabla con 19 puntos, dos más que los andaluces. Es un adversario rocoso, con poderío físico y buen manejo de balón que obligará a los anfitriones a ofrecer su versión más solvente, plena de intensidad, para disponer de verdaderas opciones de sellar un triunfo con el que rebasar a su contrincante en la tabla. El choque se presenta igualado en consonancia con el equilibrio imperante en Segunda División A. Se puede resolver por cualquier detalle. Un error, un acierto puntual, una acción nacida a balón parado... El que menos se equivoque comprará papeletas para saborear el éxito.

El preparador cadista dispone de casi toda su plantilla, aunque con ausencias la defensa, la media y la delantera. Mikel Villanueva, que ya había entrado en la rueda de la titularidad, se cae al tener que afrontar un compromiso internacional con Venezuela de nula trascendencia. Rafidine Abdullah continúa con molestias en una pierna que le impiden pelear por un sitio en el equipo, y en el caso de David Barral se queda en la grada tras sufrir una distensión en Almería.

El que sí está preparado Salvi, repuesto a una velocidad de vértigo de un esguince de rodilla que estuvo cerca de dejarlo en el dique en el seco durante varias semanas. Lo normal es que si está bien forme parte del once inicial. Es el jugador más en forma y su participación aumenta el potencial del equipo.

Los cambios que el técnico introduzca en la alineación serán los necesarios para cubrir las bajas. Alberto Cifuentes repetirá entre los palos, con la protección en defensa Javier Carpio, Lucas Bijker en los laterales y Servando e Iván Kecojevic o Marcos Mauro en el eje. Jon Ander Garrido, José Mari y Álex Fernández apuntan una semana a un trivote, con el madrileño desdoblado como mediapunta. Álvaro García es fijo en la banda izquierda y si Salvi en la derecha salvo que el míster decida optar por Moha Traoré o Aitor. Carrillo, que saltó al césped del estadio Juegos del Mediterráneo tras el descanso, es el principal candidato a ser el hombre más adelantado, sin descartar otras posibilidades.

El propósito del Cádiz es aprobar la asignatura pendiente de ganar en casa de manera más continuada. Tres puntos esta noche darían aún más valor a los que se embolsó en Almería. Pero la realidad es que en casa le cuesta. Sólo venció en uno de sus seis envites anteriores dirimidos en el Carranza. Se impuso 2-0 al Nástic de Tarragona en aquella cuarta jornada en la que además se aupó al liderato. Qué tiempos que ahora quedan tan lejanos. El resto de las citas en el santuario cadista se saldaron con cuatro empates y una derrota que colocan a los gaditanos como uno de los equipos menos fiables como local, con una exigua cuenta de siete puntos de 18. Del Carranza han volado 11 puntos y el reto inaplazable es frenar la sangría. Es la única manera de poder mirar arriba. Sin sumar de tres en tres en su feudo el trayecto se llena de curvas.

Y para vencer es imprescindible marcar goles, una perogrullada que no lo es tanto si se tiene en cuenta que el equipo de Cervera es el que menos acierta de cara a puerta en los encuentros de casa. Cuatro goles en 540 minutos en el estadio del barrio de la Laguna -una media de uno cada 135 minutos, es decir, cada partido y medio- se antoja una cifra muy pobre que está dispuesto a mejorar desde hoy, sin dejar pasar un día más. Basta con marcar uno más que el contrario. Puede ser suficiente una sola diana si mantiene su línea defensiva sólida que le lleva a situarse como uno de los conjuntos menos goleados en casa -cuatro tantos en contra-. Cuatro de los seis visitantes se marcharon sin haber batido a Cifuentes -el Osasuna y la Cultural Leonesa fueron los únicos que tuvieron puntería- y si el Reus es el quinto la victoria estará más cerca para los amarillos, que mejoran sus sensaciones en las últimas semanas pero tienen que demostrar con hechos que la reacción no es un flor de un día. El examen en casa es una prueba de fuego. Dos meses después del último triunfo obtenido por los locales en el templo del balompié gaditano, es hora de que pongan los cimientos con argamasa sólida para rehabilitar la fortaleza del Carranza y hacer por fin de su estadio un granero de puntos.