Cádiz CF

Amigo y enemigo de todos

  • Diego García, actual presidente del Elche, fue durante tres años y medio consejero con Sinergy y con Locos por el Balón

  • El abogado pasó del todo a la nada con los italianos y con Vizcaíno

Diego García Juan preside el equipo que el próximo domingo visitará el Carranza. Diego García es el máximo responsable institucional del Elche. Diego García forma parte de la historia reciente del Cádiz. Unas páginas con luces y sombras en las que los que fueron sus amigos pasaron al papel de enemigos. Un Diego García que tuvo la habilidad, virtud, capacidad o el fallo de compartir mando en plaza con los italianos de Sinergy y con Locos por el Balón. Lo suyo en el Cádiz sí que fue una trayectoria de locos.

El abogado Diego García es desde hace algo más de un año presidente del Elche, en representación de la empresa Helike Football Management SL, dueño de uno de los mayores paquetes accionariales del club. En tierras ilicitanas, las que le vieron nacer, es considerado un jurista experto en derecho deportivo y concursos de acreedores de la SAD.

Al margen de su vínculo con el balompié, el letrado fue presidente de ATECO Elche (Asociación Técnico Empresarial de la Construcción). También formó parte del Consejo Valenciano de Urbanismo y Vivienda, fue vocal de la Institución Ferial Alicantina y miembro del Comité Asesor del Plan de Impulso de la Economía Ilicitana.

Su etapa en la entidad gaditana, en la que ejerció como secretario del consejo de administración, es recordada por muchas cosas buenas y otras no tan favorables. Entre las primeras hay que hablar de su papel en el concurso de acreedores y su relación con estamentos como la Federación Española de Fútbol y el Consejo Superior de Deportes

Su llegada a Cádiz se produjo en el verano de 2012. Muñoz cerraba su último ciclo en primera línea del club y daba paso a Sinergy, una mercantil con sede en Inglaterra pero compuesta por empresarios italianos. Como abogado de Sinergy, García se presentaba en sociedad en la capital gaditana, pues formó parte de la mesa presidencial en la primera rueda de prensa. Renato Moroni, Giovanni del Re, Florentino Manzano y Alessandro Gaucci le acompañaron en tal honor un caluroso día de julio hace cinco años.

Se hizo fuerte en el grupo de los italianos dentro del consejo de administración que presidía Manzano y en el que quedaban consejeros gaditanos con muy escaso papel notorio y demasiado afán de protagonismo. En septiembre de 2012 se puso al frente de la primera junta general de accionistas desde que Muñoz vendiera sus acciones a Sinergy, y le tocó atender las quejas de los minoritarios y el gran enfado del ya fallecido Paco Puig, que en aquel momento hizo pública su decepción hacia la maniobra de venta a cargo de Muñoz. Fue una junta en la que Sinergy tomaba poderes y Florentino Manzano asomaba como nuevo presidente. No resultó fácil aquella 'lidia' de poderes entre unos y otros.

La 2012-13 -la primera y última de los italianos dirigiendo el Cádiz- fue una temporada frustrante en lo deportivo al estar el equipo peleando por el evitar el descenso a Tercera División, cuando el objetivo era el ascenso. En lo institucional se produjo también una primera fase de desgaste en la relación de Gaucci -los pies y las manos de Sinergy en Cádiz- con los capitalistas de la mercantil. La realidad es que había que poner dinero para acabar la temporada y atender los pagos por la compra del club a Muñoz. Como consecuencia de esto último, en septiembre de 2013 se produjo un encuentro en un hotel de Antequera al que asistieron el cordobés, Gaucci, el empresario italiano Filippo Macchi y Diego García. La figura del abogado ganó peso por su presencia en lo que fue bautizado como el pacto de Antequera. Ese día marcó un antes y un después del papel en el Cádiz del hoy presidente del Elche.

Sinergy se fue desinflando como un balón pinchado al tiempo que García se mantenía firme como secretario del consejo. Eran tiempos de preparar el desembarco de otra sociedad, Locos por el Balón, que en la subasta más polémica del cadismo -declarada nula por la Justicia- se hacía con la propiedad del club. Sinergy y los italianos tomaban a regañadientes la puerta trasera. Una salida forzosa para todos salvo para el abogado, que afrontaba en pie un combate con 'golpes bajos'.

La relación Sinergy-García era muy mala desde meses antes hasta el punto de que para defender a la mercantil de cara a la subasta, los italianos recurrieron al abogado Enrique Zarza, lo que a la postre les ha dado buen resultado. Pero la historia de Diego García siguió unida al Cádiz, entonces con Locos por el Balón y, por ende, con Vizcaíno. De nuevo se repitió el episodio de amigo a enemigo. El sevillano confió en el ilicitano y recordada es su presencia en la puesta de largo del nuevo consejo, en julio de 2014. Un superviviente de Sinergy que era odiado por unos italianos incomprendidos al tiempo que le idolatraba un ex dirigente sevillista recién aterrizado. Cuanto menos, todo era llamativo.

El destino de Diego García en el Cádiz estaba escrito posiblemente por su propia culpa. De los abrazos hermanales con Vizcaíno, ambos pasaron al lanzamiento de tiestos que no hacían más que ensuciar el escudo. El abogado se alejaba del presidente al tiempo que a finales de noviembre de 2015 se negaba a firmar la convocatoria de la junta de accionistas de la entidad, un hecho que le condenó a salir del Cádiz por la misma puerta que los de Sinergy. Amigo y enemigo de todos.

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