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CÁDIZ CREER CREAR 3 Capítulo IV: Educación

Cinco sencillas propuestas

  • Una pequeña encuesta entre profesionales de Educación arroja ideas para mejorar las competencias de los alumnos El espejo de Finlandia aparece como un lugar en el que mirarse

(Cádiz Creer Crear ha propuesto a un grupo de profesionales de la Educación que enviaran ideas que no fueran utópicas para mejorar los resultados educativos en la provincia. Hemos seleccionado seis. Éstas son).

A) El casting. El eje del sistema educativo es el docente. Finlandia, en este sentido, es un país de referencia en el ámbito escolar. ¿Qué se puede importar de allí? Su sistema de selección. Allí primero seleccionan a los candidatos a profesores y luego los forman. Aquí lo hacemos justamente al revés: primero formamos a todo el mundo y luego los seleccionamos. Hoy en día se sientan en las aulas de las facultades de educación ocho veces más personas de las que luego van a poder trabajar. ¿Cuál es la alternativa? Hacer primero el casting. No sólo elegir entre los mejores currículum académicos, sino también escoger a las personas que presumiblemente más cualidades apunten para la docencia. Como serán pocos los necesarios, constituirán un grupo restringido y muy motivado. No harán falta tantos profesores para formarlos, por lo que también aquí, al reducir el número, se mejorará la calidad de los mismos. Las prácticas las podrán hacer con los mejores maestros y en los colegios más relevantes. Con todo el dinero que se ahorra habrá suficiente para los intercambios y visitas a lugares de excelencia, para alcanzar una especialización real y no nominal. Y tras ello, les esperará, sin incertidumbres ni intervención del azar, el puesto de trabajo para el que tan han sido preparados.

B) Bilingüismo y nuevas tecnologías. Nuestra enseñanza es de "tercera" porque deja a los alumnos en desventaja respecto a otros países y comunidades autónomas. Las oposiciones son abiertas, pero debería existir un filtro en dos aspectos cruciales para una enseñanza eficaz acorde a los tiempos: se deberían imponer dos primeras pruebas eliminatorias y con carácter previo a los propios ejercicios de la oposición: una de dominio del inglés hablado fluido, y otra de utilización y dominio de las nuevas tecnologías al nivel que se exigiera para su uso correcto en las aulas.

C) El síndrome DEM. Tiene que ver con el entorno del hogar, el lugar donde, realmente, nace el fracaso escolar. DEM son las siglas de Desadaptación Escolar Masculina. ¿Qué quiere decir? Que los chicos son mucho más zoquetes que las chicas, lo que supone en términos reales un incremento de seis puntos en los datos de fracaso escolar. Pero lo cierto es que no es así. Los niños no son más tontos que las niñas. El fenómeno es puramente cultural y por ello se manifiesta con mayor o menor intensidad según los ambientes. El Síndrome DEM señala que nuestra sociedad no realiza bien sus tareas de crianza ni desarrolla con eficiencia unos modelos formativos que no sean diferentes entre niños y niñas. También apunta a que se han interiorizado unos roles masculinos que siguen teniendo predominancia social, adquiridos e introducidos a través de la televisión, los videojuegos, etc., que chocan cada vez más con la cultura escolar. Si se combatiera el 'síndrome' bajaría radicalmente el número de repetidores y el abandono escolar, y se ganarían muchos minutos por hora de actividad académica gracias a la mejora de la disciplina.

D) El Pacto: premiar a los mejores. Si en algún punto está de acuerdo toda la opinión pública es en la necesidad de que los partidos políticos mayoritarios lleguen a un pacto escolar, siquiera sea para evitar el disparate de que cada alternancia política suponga una nueva ley de educación. Este pacto debe empezar por un acuerdo que debería garantizar el nivel mínimo de inversión en los sucesivos años, y el compromiso de respetarlo. Pero junto a la inversión debe haber también un compromiso de mejora de los métodos de gestión y de evaluación de resultados. La calidad de los sistemas educativos depende no sólo de los recursos, con toda su importancia, sino de la evaluación y del control de los logros. Si no se hace así, podemos continuar en la actual y terrible dinámica: se paga mejor a los docentes, se baja el número de niños por aula, se mejoran las infraestructuras, se alarga el tiempo de escolarización y, como resultado, se obtienen rendimientos cada vez más bajos.Ante una falta absoluta de control de calidad que se da en los centros, nos encontramos con que en algunas aulas todavía se enseña como si estuviéramos en los años 50. No hay carrera docente, por lo que existe una especie de "barra libre" en la que de nada sirve el mejor trabajo, el mayor compromiso, la calidad y la excelencia en el servicio que se presta a los alumnos.

E) Cambio de métodos. Los métodos tradicionales no funcionan. Hay que probar cosas nuevas. Las matemáticas son un lastre. Los niveles de competencia de nuestros alumnos son pésimos. La actual metodología viene de muchos años atrás, cuando el fin de la misma era conseguir que los alumnos hicieran operaciones con rapidez y exactitud. La carencia de máquinas de calcular así lo exigía. ¿Tiene esto hoy algún sentido? En absoluto. Nadie paga nada por calcular. Hay que cambiar la finalidad. Esto también puede servir para otras materias.

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