Calidad artesanal desde el origen. Ésta es la idea que alumbra la filosofía empresarial de El Bucarito, una quesería roteña que elabora y comercializa sus propios productos desde diciembre de 2011 bajo la dirección de la joven pareja formada por Carlos Ruiz-Mateos y Yolanda Maya.

Esta empresa con apenas un año y medio de actividad es, sin embargo, el resultado de décadas de ilusiones e inversiones de la familia de Panificadora San Antonio, una firma de dilatada y conocida trayectoria en Rota. La historia comenzó cuando Antonio, el abuelo de Carlos, abrió una pequeña panadería en el municipio y "compró unos pocos cerdos porque no sabía qué hacer con el pan que le sobraba", cuenta Yolanda, que ejerce de portavoz en la visita de este medio. Con el paso de los años fue atesorando "con mucho esfuerzo y trabajo" un patrimonio que las generaciones posteriores supieron aprovechar y ampliar. De hecho, actualmente, la familia mantiene abiertas cinco panaderías, cafeterías y heladerías en la localidad -tres en Rota y dos en Costa Ballena- y también posee explotaciones agrícolas y ganaderas.

Las cabras para la elaboración de los quesos de El Bucarito las adquirió Carlos. "Desde niño ya tenía en la cabeza la idea de montar algo como esto", asegura su esposa. En la finca, que tiene una superficie de 45 hectáreas, también hay cerdos ibéricos, caballos, burros e incluso aves rapaces, porque "siempre ha sido un enamorado de los animales".

Casi 500 cabras para la producción de quesos y postres, unos 600 cerdos para su venta y la elaboración de embutidos con la marca de la casa, decenas de caballos y burros que pasean por los campos aledaños y aves rapaces que se exhiben en vuelo por el entorno de la mano de cetreros. Basta echar un vistazo a las instalaciones de El Bucarito para comprobar que bien merecen una visita turística.

Así, pocos meses después de que comenzara a funcionar la quesería, decidieron abrirla a los visitantes. "Apostamos por lo que se llama turismo industrial, aunque yo prefiero decir turismo artesanal, porque nosotros no tenemos una industria, sino una quesería artesanal y, como nos gusta que la gente vea lo que hacemos, hemos optado por esta posibilidad", afirma Yolanda satisfecha porque "la verdad es que ha sido una buena apuesta".

Más allá de las excursiones escolares de colegios de toda la provincia, que son numerosas durante el curso, El Bucarito recibe la visita de grupos organizados de muy diversa índole, incluidos blogueros y hasta investigadores de la Universidad de Cádiz. Esta empresa de Rota participa en Cádiz Industria Viva, una iniciativa de la Cámara de Comercio que le facilita mucho el trabajo en ese ámbito.

Las instalaciones de El Bucarito están abiertas al público a lo largo de todo el año. En verano, en colaboración con el Ayuntamiento de Rota, la empresa organiza visitas los miércoles para los turistas que, en plena temporada alta, no quieren perderse la oportunidad de disfrutar de un atractivo de estas características. Las visitas, que comienzan con un desayuno y ofrecen a los excursionistas actividades como la elaboración de su propio queso y la degustación de productos artesanales, duran más de cuatro horas. No en vano, la fábrica y la tienda de quesos es el punto de referencia de una oferta turística que resulta ser más ambiciosa.

Con todo y con eso, Yolanda precisa que la disposición de El Bucarito a mostrar su finca y su trabajo obedece también al especial interés que tiene esta empresa roteña por fidelizar a los clientes. "Las respuesta es muy positivo si vienen y ven las instalaciones y cómo elaboramos los quesos", asevera.

Con una plantilla que varía en función de la época del año pero que ronda de media los 20 trabajadores, El Bucarito va incorporando progresivamente en la medida de sus posibilidades más espacios y recursos, porque "como en cualquier otra empresa, no te puedes quedar estancado, siempre hay cosas nuevas que hacer". Pero su prioridad es "seguir trabajando tanto por la selección genética como por la mejora de la leche para que ésta sea de muy alta calidad". En la elaboración de sus quesos apuesta principalmente por la leche cruda, es decir, sin pasteurizar. "Y para eso hace falta una leche de muy alta calidad", subraya.

Los principales puntos de venta de los productos de El Bucarito son, aparte de la tienda que posee junto a la fábrica de quesos, los cinco establecimientos de Panificadora San Antonio. Pero también es posible adquirirlos en otros negocios radicados en varias poblaciones de la provincia, incluida la Sierra de Cádiz, "aunque parezca mentira". Fuera de las fronteras gaditanas, los quesos tienen aceptación en Madrid.

En sus inicios, El Bucarito recibió ayudas públicas del Estado y la Junta de Andalucía. "No vinieron mal, pero hay que tener dinero para afrontar las inversiones, porque las ayudas llegan después. Es imposible salir adelante si tienes que esperar las ayudas para hacerlo", apunta Carlos.