Cádiz CREER CREAR 3 Capítulo IV: Educación

Pim, Pam, Pum, escuela

  • El altísimo fracaso escolar en la provincia tiene su origen en una sociedad muy poco preparada en la que los malos resultados de una generación alimenta el fracaso de la siguiente

El flamante premio Cervantes, el jerezano José Manuel Caballero Bonald, dedicó un pasaje de su discurso al maestro de los marianistas que le adentró en el Quijote. El maestro. Todo empieza por ahí. 17.761 profesores ejercen la docencia en la provincia para una población escolar de 280.000 alumnos. Educación es la principal empleadora de la provincia y su política de recursos humanos para selección de personal es naif. Se basa en unas pruebas de oposición que dan un trabajo para toda la vida o de manera interina para aquellos que han superado alguna de las pruebas. A los que logran ser funcionarios se les hace un año de seguimiento. Apenas se conocen casos de rechazo. En realidad, no hay selección alguna. Un aspirante bilingüe, con conocimientos de aplicación de informática en la aulas y que quizá tuviera dotes docentes no tendrá ninguna ventaja sobre un aspirante cuya única capacidad sea la de memorizar un extenso temario.

¿Es bueno, por tanto, el sistema de selección? Un índice de más de un 36% de fracaso escolar, aunque éste es un término difuso y un poco tramposo, no parece apuntar a ello. El ya famoso informe Pisa, en el que arrasan los asiáticos, coloca a Andalucía con una puntuación de 461, sólo superando a Ceuta y Melilla y Canarias. Este dato tampoco parece bendecir el sistema de selección. Otro dato más termina de situarnos: en Europa un 73% del alumnado finaliza la ESO, en el resto de España lo hace un 60%, en Andalucía un 53%. En Cádiz un 51%. Algo falla.

No todo es profesorado. Los descalabros en el informe Pisa tienen otras causas. El economista Luis Garicano publicó tras conocerse los últimos datos Pisa el artículo llamado Son las matemáticas, estúpido. La forma de enseñar matemáticas en España, las clásicas cuentas del tendero, convierten una materia clave para el conocimiento y el desarrollo del niño en una tortura. El proyecto Wiscobas en Holanda ya supuso un avance a la hora de eliminar una forma de enseñar matemáticas que nunca ha existido en Asia, cuyos niños están a la cabeza de esta competencia. Un sistema de aprendizaje de matemáticas realistas, el ABN, se está desarrollando desde Cádiz e imponiéndose en centenares de centros de primaria de toda España. Con resultados espectaculares, aún encuentra la oposición de una parte de un profesorado muy inmovilista.

Los resultados son los que son y mantener los mismos métodos de enseñanza que llevan a los mismos fracasos que se transfieren de una generación a otra no parece muy sensato. Si bien con las chicas el problema no es tan grave, el del alumnado masculino es sangrante. Uno de cada cinco varones tiene problemas de aprendizaje básicos. Con esos problemas en primaria les esperan en los institutos los profesores de secundaria. En el cambio de ciclo llega la escabechina.

En el aspecto social, es conocido lo sucedido. El sistema educativo durante la burbuja inmobiliaria no pudo retener a chavales deslumbrados por el dinero del ladrillo y abandonaron prematuramente la escuela. Ahora son parados sin cualificación. Esa ha sido la enseñanza de nuestra riqueza efímera. Muchos de ellos han vuelto al instituto y muchos otros a los que no les interesa estudiar no salen del sistema para trabajar porque en nuestra provincia no hay trabajo. Hay un porcentaje elevado de alumnos en las aulas no interesados en estar allí. Pero es que, además, los padres de los alumnos forman parte de esa enorme masa de gaditanos sin preparación. El 31% de la población de Cádiz sólo tiene estudios primarios. Es una barbaridad. Son diez puntos más que la media nacional y seis más que la andaluza. Eso no facilita las cosas. Y tampoco lo hace algún asunto más nimio, como continuamente detraer horas lectivas para las más variopintas actividades lúdicas, desde comer frutos secos antes de Halloween a celebrar el Carnaval, la Feria o lo que toque en horario escolar.

Eso es dentro del ámbito escolar. Fuera se encuentra el otro gran problema. La política, la escuela ideologizada. No se consigue un pacto, pese a que desesperadamente lo intentó el anterior ministro, Ángel Gabilondo. El pacto es necesario porque el sistema escolar funciona mal, pero cada intento de cambio provoca protestas y manifestaciones que son aprovechadas por el partido contrincante. Los que protestan saben que minimizarán cambios si existe presión política. Y uno de los males de la educación, no ya en la provincia, sino, al menos, en toda la región -dicho por buena parte de quienes están dentro- es el acomodo. Cualquier cambio es malo y el mayor que hubo, la Logse, ley educativa promulgada por el Gobierno de Felipe González en 1990, fue el peor posible, según piensa cualquier docente veterano que vivió en sus carnes cómo se minaba su autoridad por decreto.

Y a esta situación se le añaden los recortes que se han aplicado en la provincia como en cualquier otra, sin contar con que Cádiz debería ser considerada, por sus datos, como de emergencia escolar. Los recortes en plantillas y en recursos complementarios (TIC, Bilingüismo, Plan de Apertura de Centro, becas…) son en Cádiz doblemente nocivos y sus efectos se verán con el tiempo.

Los barrios reconocidos en su día como de acción Educativa Preferente (Cero del Moro en Cádiz, el Chicle en Jerez, La Atunara en La Línea…) tampoco han tenido ningún trato especial, a pesar de que son zonas de riesgo de exclusión.

Estos recortes ya llueven sobre mojado. Aunque en Andalucía siempre se ha estado por encima de la media nacional en el porcentaje del PIB dedicado a la Educación (un 4,79% del PIB en Andalucía frente a un 4,23 en España y un 5,04 en el resto de Europa), en lo que se refiere al gasto por cada alumno de la educación pública Cádiz está muy por debajo, según la última estadística publicada por Educación, perteneciente al curso 2008-09. Entonces el gasto medio por alumno era en España de 6.567 euros, en el País Vasco superaba los 10.300 euros y en Cádiz (que es el dato andaluz) era de 5.352 euros.

En comparación con Europa, el gasto por alumno en Cádiz sólo es un poquito superior a Portugal, es decir, en el puesto 20 de 27. No todo es gasto: es saber gastar. El sistema educativo más respetado de Europa, el finlandés, gasta por alumno lo mismo que España.

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