La Transición, esa época que hemos dado en escribir con mayúsculas ¿fue una época maravillosa, de luces democráticas, o lo fue de oscuridades y hasta de cierto "encabronamiento" como dijo el periodista Miguel Ángel Aguilar? Si atendemos a todo lo que se está escribiendo ahora con ocasión de la muerte de Adolfo Suárez, proclamado 'el Artífice', diríamos que eran sobre todo luces. Conviene profundizar pues.

La periodista gaditana Ana Romero, actual encargada en el diario El Mundo de la información sobre la Casa Real, presentará a las ocho de la tarde de hoy en la sede de la Asociación dela Prensa de Cádiz su libro El triángulo de la Transición: Carmen, Suárez y el Rey. Estos dos últimos protagonistas son fácilmente identificables, pero Carmen es Carmen Díez de Rivera, que fue "estrecha colaboradora de Suárez y amiga personal del Rey" según Romero, y que ella entiende que fue un personaje capital en esa época, sobre todo por la relación que tuvo con los dos.

"De los tres -dice Ana Romero-, el único que queda vivo, la clave de bóveda que mantiene este sistema es el Rey, y de su futuro y por lo tanto del de España, es de lo que tratará el debate de hoy", en el que participarán los periodistas Fernando Santiago y Libertad Paloma. El libro es en realidad la reedición de la biografía de Carmen Díez de Rivera que la periodista publicó hace diez años "pero que si entonces estaba más centrado en su vida, ahora está más dedicado a su acción política en una época, la Transición, que en realidad duró sólo alrededor de un año, en lo que fue el primer gobierno no democrático y en el que ella fue jefa del gabinete de Suárez".

Ana Romero está de acuerdo con los que dicen que la Transición "no fue una época idílica, sino un período tenso, difícil y con muchos malvados, para entendernos. En libro se refleja eso, a través de los diarios de Carmen, que hablan de los anónimos e insultos que recibía, llamándole zorra o roja, por ejemplo". A la llamada 'musa de la Transición' como la bautizó Francisco Umbral "le daba coraje el apelativo,porque creía que banalizaba el trabajo de una mujer que en realidad influyó mucho en el Rey y Suárez, actuando como bisagra entre el mundo de la calle y el establecimiento". Una mujer "que era tan guapa que los tenía a todos enamorados, por lo que naturalmente dio lugar a todo tipo de cotilleos por su relación con los dos hombres que más mandaban, rumores que ella siempre negó", según la propia Ana Romero.