El puerto de Cádiz sigue sumando positivos mientras que el resto de puertos del sistema estatal acumulan aún los efectos del covid en sus tráficos.

En Cádiz, a pesar de la suspensión de los cruceros que ha dejado un agujero económico en su puerto que se cuenta por millones de euros, el tráfico portuario en la Bahía de Cádiz ha acumulado un crecimiento del 7,1% hasta el mes de julio y alcanza 2,5 millones de toneladas de mercancías, a pesar del descenso generalizado de actividad como consecuencia de la crisis ocasionada por el COVID-19, que sí ha provocado una bajada media del sistema del 10% a nivel estatal en el primer semestre.

Pese a la excepcional situación vivida en los últimos meses, el puerto de la Bahía de Cádiz ha logrado incrementar el volumen de actividad, aprovechando nuevas oportunidades de negocio, gracias al trabajo realizado por las empresas y servicios del sector y también por todo el personal de la propia Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC), según estima en una nota este organismo, ahora bajo la batuta de la ex alcladesa de Cádiz, Teófila Martínez.

Siguiendo la tendencia de los últimos meses, destaca el comportamiento de la mercancía general, que acumula un aumento del 18% hasta julio, con 806.667 toneladas y un crecimiento mensual del 50%. Este crecimiento está relacionado con el desarrollo de las nuevas líneas de contenedores que, aúnque aún sea en pequeñas cifras, afianzan sus tráficos así como su confianza en la nueva terminal que debería entrar en funcionamiento a lo largo del año que viene.

Asimismo, los graneles líquidos mantienen la línea alcista, con un incremento acumulado en los siete primeros meses del año del 21% y 945.986 toneladas. Aquí entra en juego la nueva ampliación de las instalaciones que está llevando a cabo la empresa Olivia Petroleum. El pasado fin de semana estrenó sus nuevos depósitos de la Zona Franca con una operación en la que se movió un cargamento de 1.508,99 toneladas métricas de aceite usado (used cooking oil – UCO, con sus siglas en inglés) procedente del sudeste asiático en el buque Chem New York que atracó en el muelle de Poniente.

La operación consistió en que el aceite del barco se descargó en los depósitos de la terminal Cádiz II a través de unas tuberías de última generación que conectan los tanques con el granel líquido. Allí sigue almacenada hasta que grandes camiones se vuelvan a conectar a esas tuberías para cargar el producto y llevarlo al destinatario final.

En cuanto a los graneles sólidos, en cambio, anotan un descenso del 12% respecto a julio de 2019, con 729.076 toneladas. Este descenso podría estar relacionado con el hecho de que muchas empresas prefieren acumular sus granos en sus almacenes a la espera de cómo transcurre la incertidumbre provocada por el covid.

Según el modo de transporte, el tráfico rodado registra una bajada del 9%, con 456.136 toneladas movidas hasta julio, mientras que el contenedor (lolo) crece un 158%o en toneladas (294.148), un 64% en teus (29.225) y un 43,56% en unidades (17.378). Estas cifras podrían estar relacionadas con la puesta en funcionamiento del nuevo buque de Armas Trasmediterránea, el Ciudad de Valencia, que sustituye al Volcán de Teneguía.

La pesca fresca, por su parte, ve reducido su volumen en un 6%, con 8.348 toneladas de pescado fresco, que alcanzó un valor de venta de 25,2 millones de euros, lo que supone una bajada del 4% respecto a julio de 2019.

Finalmente, el tráfico de cruceros acumula un retroceso del 85,98 por ciento en el número de escalas, con 23 buques contabilizados hasta julio, mientras que el número de pasajeros la bajada asciende al 83 por ciento, llegando a los 40.652.

Como se sabe, esta bajada es consecuencia de la prohibición de atracar este tipo de embarcaciones por la alerta sanitaria del COVID-19, que se mantiene en la actualidad.