Urbanismo Calle levantada

El tortuoso camino de las ambulancias

  • Las enésimas obras en la calle Feduchy obligan a los vehículos que llegan a la clínica de La salud a dar un rodeo

Por enésima vez en los últimos tiempos los vecinos de la calle Feduchy tienen que convivir con el ruido de las obras y con la molestia de ir esquivando vallas amarillas. Tres son los tramos de la calle que están sufriendo remodelaciones entre la esquina con Cardenal Zapata y Mendizábal. Suerte que se trata de una rúa con pocos establecimientos y que no es muy transitada por el público, aunque sí es más importante para el tráfico de acceso al casco antiguo.

La principal afectada de tantas obras es, sin lugar a dudas, la clínica de La Salud, que menos mal que no recibe demasiadas urgencias, porque de ser así no sería concebible que se cortara el acceso directo a sus instalaciones con tanta frecuencia. Como el tráfico de vehículos está cortado en su dirección habitual destino la plaza de El Palillero, se ha habilitado una ruta alternativa para que las ambulancias y todos los coches que deban llegar hasta la clínica consigan arribar. El conserje del centro comenta que "hasta el momento las ambulancias no están encontrando dificultades para llegar, el mayor problema lo tienen los clientes que tienen que realizar diariamente su rehabilitación en el centro y que puedan no saber como llegar con la nueva ruta". El tramo alternativo que se ha habilitado para poder acceder a la clínica de La Salud pasa por las calles Sacramento, Barrié, Javier de Burgos y Montañés. Concretamente Javier de Burgos ha pasado a ser una carretera de doble sentido mientras duren los trabajos, aproximadamente unos diez días.

La zona más afectada ayer era la esquina de la calle con Cardenal Zapata, ya que los obreros estaban trabajando en ambos lados de la calzada y resultaba difícil pasar a pie. Cabe destacar también del polvo provocado por los trabajos y de los ruidos producidos por las máquinas.

El conserje de la clínica ironiza afirmando que Feduchy cuenta con "el suelo más nuevo de Cádiz, ya que en cuanto le sale cualquier cosita están aquí varios albañiles arreglándolo". Continúa diciendo que "en estos momentos lo que más molesta es el ruido, que fastidia mucho, aunque la verdad que con la cantidad de obras que estamos sufriendo en los últimos tiempos resulta ya de lo más cotidiano y familiar".

A eso de las cinco de la tarde el conductor de una furgoneta se secaba la frente tras entrar marcha atrás en la calle y aparcar en la puerta de la clínica. "Ha sido desesperante poder llegar hasta aquí, creía que no iba a poder lograrlo, menos mal que un policía me ha indicado el camino, pero he tenido que coger varias calles a contra mano, he venido a dejar un equipo láser en la clínica y para el que no conozca la zona resulta complicado llegar".

Los vecinos, resignados y acostumbrados, salían de sus casas con la naturalidad de encontrarse ante algo que ya han vivido alguna vez y que no pueden evitar. María Fernández, que vive desde hace algunos años en la calle, lamenta la situación. "Estamos ya un poco hartos de tantas obras, no es normal, supongo que en cierto modo es mala suerte, no le encuentro una explicación razonable". Un caso curioso que ejemplifica la experiencia con los cortes en la calle lo cuenta otro trabajador de la clínica de La Salud, que afirma que uno de las reparaciones anteriores se olvidaron de avisar el corte de una determinada zona a los vecinos y llenaron de tierra la puerta de un aparcamiento privado, impidiendo a los usuarios sacar sus vehículos, con lo que tuvieron que deshacer lo trabajado para que los afectados pudieran hacer uso de sus autos. Esta vez han informado y no ha habido problemas.

En un principio se ha anunciado que las pertinentes reparaciones de gas, agua y telefonía durarán tres días, en un intento por parte del Ayuntamiento de minimizar el impacto y que las obras duren lo menos posible.

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