El 54,4% de las calles del casco histórico de Cádiz tiene alguna restricción al tráfico que varía según los grados, desde las puramente peatonales a las que tienen permitido el acceso a los residentes.

Según los datos aportados por el Ayuntamiento de Cádiz, de las 347 calles que hay en el llamado casco antiguo, 158 de las mismas son circulables, otras 120 peatonales, 31 semipeatonales, 38 restringidas y una de circunvalación.

Del total de las calles, el 34% son peatonales, lo que a juicio del equipo de Gobierno es una cifra muy alta, "teniendo en cuenta que por ellas se impide totalmente el paso de vehículos".

Por ejemplo, vías de circulación restringida son Obispo Urquinaona, Plocia, Nueva o El Palillero. Entre los ejemplos de semipeatonales están Pelota, Cobos y Marqués de Cádiz, mientras que entre las que están totalmente cerradas al tráfico se encuentran José del Toro y la plaza de la Catedral.

Las 347 calles del casco histórico tienen un total de 41.525 metros lineales, de los que 8.635 se consideran puramente peatonales.

El teniente de alcaldesa delegado de Urbanismo, Ignacio Romaní, señaló que en todo el proceso de revisión del Plan General de Ordenación Urbana han manifestado que en los próximos años se va a insistir en la movilidad urbana y rodada de la ciudad.

A juicio de Romaní, con la llegada del segundo puente, en el casco histórico se desarrollará una mejora de la urbanización "que permita la convivencia de los vehículos y los viandantes, recurriendo a la peatonalización o semipeatonalización de algunas zonas, así como se reorganizará la plaza de Sevilla y se mejorará la articulación puerto-ciudad". También, un aspecto importante es que este plan de movilidad que se quiere incluir en el PGOU una vez que se abra el segundo puente plantea actuaciones de tráfico calmado, que se estipula en 30 kilómetros por hora.