Uno de los temporales más fuertes registrado en Cádiz en los últimos años arrasó en los días finales del año 95 y también se hizo notar en los primeros del 96. Esa tormenta, durante la cual se produjeron olas de hasta 11 metros de altura fuera de rompiente, causó numerosos daños en la capital gaditana y también en El Puerto de Santa María.

Predecir el impacto de los temporales y de las inundaciones en zonas costeras será posible en cuestión de meses, pues varias universidades europeas, entre ellas la Universidad de Cádiz (UCA), comenzarán este verano un proyecto cuyo objetivo es desarrollar una herramienta online que permita realizar predicciones fiables de los impactos morfológicos provocados por la llegada de tormentas.

Javier Benavente, Francisco Javier Gracia, Giorgio Anfuso y Laura del Río son los cuatro científicos del Departamento de Ciencias de la Tierra de la UCA que, junto a otro investigador del Departamento de Análisis Geográfico Regional de la institución académica gaditana, se implicarán en esta iniciativa. En ella se van a involucrar, en total, 15 centros de investigación de nueve países: Portugal, Inglaterra, Italia, Francia, Bulgaria, Bélgica, Polonia, Holanda y España.

La intención de este equipo europeo es que en octubre ya esté todo listo para estudiar el comportamiento de las costas durante los temporales, por lo que a partir del próximo mes de junio los expertos se dedicarán a recopilar datos, a estudiar las costas en las que van a operar, y a instalar el material necesario en las playas seleccionadas.

La UCA, en concreto, analizará el impacto de los temporales en dos playas. Javier Benavente las señala: "Nuestras zonas pilotos son Cortadura, playa típicamente urbana, y Camposoto, como zona prácticamente natural o poco antropizada. De esta forma, extraeremos modelos de comportamiento que se pueden generalizar a todo tipo de costas. Si tenemos las características de un determinado temporal y de una determinada costa, podemos predecir la cantidad de erosión que se va a producir, los daños, hasta dónde llega el agua, etc. Y otra de las cuestiones que se va a tratar es la variable socioeconómica. En una playa natural no podemos hablar de un riesgo económico ni daños materiales, pero sí en una urbana".

El proyecto se dividirá en tres fases, según detalla el investigador. La inicial consiste en la recopilación de datos meteorológicos y de clima marítimo de los últimos 50 años, con el fin de identificar períodos de retorno de determinados temporales, esto es, la frecuencia con la que se repiten. Y con el objetivo de especificar las características del temporal modal, "que en Cádiz es el típico que durante el invierno se puede repetir dos o tres veces al año, como es el de poniente", y también del temporal excepcional, "mucho mayor que un temporal normal y con un período de retorno más extenso que uno modal".

Durante la segunda fase, ya en el invierno, se hará un seguimiento de las tormentas. Benavente lo explica: "Concretaremos el estado de la playa antes del temporal, los cambios que se producen tras él, y cómo varía la morfología de la costa. Y concluiremos la fase analizando la velocidad de recuperación de ese tramo costero".

En la tercera fase se fijarán las variables que más influyen a la hora de proteger la costa. "Observando las características de las playas más y menos dañadas podremos extraer modelos de comportamiento", apunta Benavente.

Tras este extenso estudio, el proyecto se centrará en la creación de una herramienta online que será de gran utilidad a los organismos implicados en la gestión de este impacto, como Protección Civil, las Demarcaciones de Costas y el Ministerio de Medio Ambiente. "La idea es hacer una especie de clasificación de los temporales. Y en función de eso, realizaremos una previsión de los daños que puede generar cada uno y hasta dónde puede alcanzar", concluye el experto.