El ritual del silencio que se produce en la plaza de la Catedral los segundos miércoles de cada mes se reprodujo ayer con el pensamiento puesto en los inmigrantes que llevan varios días en aguas de nadie en el buque humanitario Aquarius, que les rescató del naufragio. Exactamente 87 personas, la mayoría inmigrantes o turistas, se sumaron a esta iniciativa solidaria en la que se leyó un manifiesto pidiendo otra política migratoria.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios