La decisión de Martín José García de optar a la presidencia del Consejo Local de Hermandades y Cofradías no ha cogido a nadie de sorpresa. Tampoco lo fue que cuando estalló la crisis tras la salida de Miguel García y de varios miembros de la permanente fuera el que diera el paso, aunque varios días antes no lo tuviera tan claro.

Martín José García es una persona comprometida y al que no le asusta en absoluto la responsabilidad. A ello se le une que se mueve perfectamente entre los focos. Además, tiene la virtud de que cuenta con pocos enemigos, ya que se le podrá criticar por muchas cosas, pero no porque sea una persona difícil de llevar.

Uno de los motivos que le ha llevado a presentar su candidatura es la unión que ha encontrado entre todos los hermanos mayores y las cofradías para poder llevar a cabo su labor.

Sin embargo, da la impresión que esa paz fue más bien una tregua. Fue el enterramiento temporal del hacha de guerra después de que el mundo cofrade se viera sometido a la vergüenza pública con puñaladas entre los miembros del anterior equipo y con correos electrónicos de por medio.

El Consejo había caído muy bajo y el mundo de las cofradías estaba convulso con frentes abiertos como los de Borriquita. Con ese panorama los hermanos mayores aparcaron las cuitas personales para otra ocasión. Gracias a ello se ha vivido una de las cuaresmas y Semana Santa más tranquilas de todas las que se recuerdan.

Pero si resulta ganador de las elecciones el nivel de exigencia va a subir muchísimo. A Martín José García se le acusa de entender poco de cofradías, aunque en un tema como este lo importante es que sea un buen gestor y que se acompañe de un buen equipo. Algunos de los que tiene en la actualidad son muy válidos. Por otro lado, los fallos de protocolo se pueden ir aprendiendo con el tiempo.

Para el Consejo Local lo que se necesita es una persona de consenso y esa figura la representa muy bien Martín José García. Otra cosa es que sea el único que puede hacerlo. El mandato de Miguel García Díaz ya salió viciado desde el mismo momento en el que, a pesar del amplio respaldo que consiguió, nunca llegó a convencer su candidatura. Fue, digamos, el mal menor. Ese respaldo después nunca volvió a aparecer y le tumbaron temas tan cruciales como los presupuestos del propio Consejo.

Martín José quiere rivales. Joaquín Seisdedos quiere volver a intentarlo, pero la última vez se retiró antes de las elecciones. La otra opción, la de José María Caro, no está en pie aún y está buscando gente. La de Francis Lucero está prácticamente descartada.