Empresa pública

La ONU elogia el referente gaditano en la defensa del agua potable

  • El Relator Especial de la ONU Pedro Arrojo, destaca proyectos como las fuentes municipales 

  • "Algunos gobiernos me ven como un peligro, temiendo que les saque los colores"

Pedro Arrojo, Relator Especial de la ONU, este martes en el Palacio de Congresos de Cádiz.

Pedro Arrojo, Relator Especial de la ONU, este martes en el Palacio de Congresos de Cádiz. / Jesús Marín

Las pequeñas fuentes de agua potable para uso de los ciudadanos que se han ido instalando por toda la ciudad no han pasado desapercibidas a Pedro Arrojo. El catedrático emérito de la Universidad de Zaragoza está metido de lleno en su papel como Relator Especial de la ONU sobre los derechos humanos al agua y al saneamiento, y por eso, para él, estas fuentes no tienen un papel nada secundario en la vida de la ciudad. Al contrario, se convierten en ejemplo de una política social y comunitaria más que relevante.

Arrojo destacó este proyecto en una charla mantenida con Diario de Cádiz poco antes de reunirse con diversos colectivos ciudadanos para hablar de los derechos ciudadanos y el acceso al agua potable.

Su puesto como Relator Especial de la ONU le lleva a analizar la situación mundial en cuanto al acceso al agua y al saneamiento. Se encarga para ello de elaborar informes, dos, al año y de visitar países, a su elección y siempre que reciba una invitación de sus autoridades, para un estudio más detenido del problema. A la vez recibe, como pasa con la figura del Defensor del Pueblo en España, infinidad de reclamaciones de particulares y de colectivos, para las que busca soluciones, plantea diálogos y traslada todo a los gobiernos afectados, su única conexión con las administraciones.

Lo cierto es que contar con el apoyo de la ONU facilita en parte estas tareas, más allá de lugares inmersos en conflictos políticos y sociales, pues le da visibilidad. "Se me puede ver, por parte de los gobiernos, como un peligro, como alguien que les va a sacar los colores y que les va a poner en un aprieto", aunque siempre deja un periodo de cinco o seis meses para obtener la respuesta a sus reclamaciones antes de "actuar públicamente. Yo hablo con todo el mundo no para criticar sino para plantear soluciones y acuerdos", aclara el enviado de la ONU.

Sobre la mesa son los países menos desarrollados o aquellos que están inmersos en guerras a veces eternas los que presentan más deficiencias a la hora de que sus ciudadanos puedan acceder al agua potable y cuentes con redes de saneamiento aceptables. No es lo mismo el límite de litros de agua por persona y día en Colombia, cifrado en 50 litros, que el que tienen los ciudadanos de los países desarrollados.

España es un ejemplo de ello. El derecho al agua es algo asumido por todos. Incluso, menciona, poco a poco se va normalizando pedir en bares y restaurantes botellas de agua potable. Sólo pone un pero: la situación de muchos temporeros, y más en esta época de pandemia, que soportan un acceso al agua más limitado y a las redes de saneamiento.

Frente a ello, destaca el trabajo que se realiza a través de la empresa municipal Aguas de Cádiz.

"Hemos perdido la costumbre de las fuentes de agua potable en las vía públicas de nuestras ciudades. Da igual la ideología del ayuntamiento, se han ido eliminando. La recuperación en Cádiz de estas fuentes, con un diseño muy cuidado, es algo que debe de enorgullecer a los gaditanos, uniéndose a su carácter de ciudad acogedora", a lo que se le une las campañas para promocionar el agua de grifo.

A la vez destaca el funcionamiento de la empresa pública, Aguas de Cádiz, con la garantía del suministro del agua potable a los colectivos más necesitados y con una política de renovación y modernización de la red de saneamiento "algo menos visible pero esencial”, que no busca una rentabilidad económica para la compañía. A la vez destacó la necesidad de una “gestión pública transparente y participativa".

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