Tribunales

Rebaja mínima del Supremo a los dominicanos condenados por un robo violento en Cádiz

  • Los cuatro implicados, a los que la Audiencia impuso 10 años y medio de prisión, no conforman un grupo criminal según el Alto Tribunal, que les ha reducido la pena en seis meses.

Uno de los dominicanos antes de entrar a juicio.

Uno de los dominicanos antes de entrar a juicio. / Jesús Marín

El Tribunal Supremo ha rebajado en seis meses la condena impuesta en primera instancia por la Audiencia Provincial de Cádiz a los cuatro dominicanos que retuvieron y amenazaron a la dueña de una vivienda para robarle. El Alto Tribunal ha estimado que los implicados en este robo violento, perpetrado en 2015, no formaban un grupo criminal organizado, de ahí la reducción de la pena, que ha pasado de diez años y medio de prisión a diez años.

Antes de este reciente pronunciamiento del Supremo sobre los recursos planteados por los cuatros dominicanos, estos ya estaban privados de libertad, tres de ellos, Leonardo B., Cristian T. y Santos S., desde enero de 2016; y Maribel M. desde noviembre de 2017, justo cuando finalizó la celebración de la vista oral a la que acudió libre.

El tribunal de la Sección Primera de la Audiencia de Cádiz dio por probado que Leonardo B., Cristian T., Santos S. y Maribel M. convinieron apoderarse de las joyas y los efectos de valor existentes en la vivienda de una vecina de Cádiz.

Los asaltantes pincharon a la dueña de la casa con un cuchillo de grandes dimensiones

Maribel M. conoció a la víctima del robo después de que ésta pasara una temporada en casa de su hija -donde Maribel trabajaba como empleada del hogar- para recuperarse de una intervención quirúrgica. La mujer permaneció en el domicilio de su hija casi un mes y medio, por lo que se llevó allí una cantidad importante de dinero en un bolso que colgó en la percha de la entrada y en el que también depositó las llaves de su casa.

Por las mañanas, la mujer, de 69 años, se quedaba a solas con la asistente, que se ausentaba para hacer sus tareas cotidianas. Tanto es así que Maribel aprovechó estas salidas para realizar copias de las llaves de la vivienda de la víctima.

Con la información recabada por Maribel M., los otros tres dominicanos tuvieron conocimiento de que el miércoles 25 de noviembre de 2015 la propietaria del inmueble, convaleciente todavía de la intervención médica, estaría sola en su casa, pues los miércoles no iba su empleada del hogar.

A las 12:12 horas del citado día, antes de que los asaltantes entrasen en la vivienda, Maribel M., para corroborar la información obtenida previamente, llamó a la víctima y le preguntó si estaba sola, contestando ésta que no, tras lo cual colgó e hizo saber ese dato a Santos S.

Pese a esta advertencia, los ladrones decidieron seguir adelante con el plan preconcebido. Así, una media hora más tarde, Leonardo B. y Cristian T. entraron en la casa con la llave facilitada por su cómplice y con la cara tapada. Santos S. se quedó en el exterior "vigilante y preparado para cuando el resto saliera con los efectos sustraídos, alejarse de inmediato en el vehículo que tenía estacionado en las proximidades".

Una vez dentro, expone la sentencia, Leonardo B. y Cristian T. arrancaron el teléfono fijo, le arrebataron el móvil a la dueña y la empujaron a ella y a su asistenta hasta un sofá para atarles las manos con una cuerda y los pies con ropa de cama. A la empleada, además, le taparon la boca con cinta de empaquetar.

Acto seguido, Leonardo subió a la segunda planta para abrir la caja fuerte del dormitorio principal y, al no poder hacerlo porque estaba anclada, bajó y amenazó a la propietaria para que le facilitase la clave de seguridad, llegando a pincharla en el cuello con un cuchillo de grandes dimensiones y proferirle "te mato" y "dame la mano que te voy a cortar los dedos".

Como la dueña no reveló el código secreto, los asaltantes registraron todas las habitaciones y se apoderaron de unas botellas, 120 euros, tres relojes -dos de ellos de oro-, cuatro anillos -dos de esmeralda y brillantes y dos de rubíes y brillantes-, tres pulseras y un móvil.

Cuando acabaron, los ladrones cogieron una foto del marido de la víctima y le advirtieron que lo iban a matar. Posteriormente, huyeron con el motín hacia Madrid en el vehículo en el que los esperaba Santos.

Pasados unos diez minutos, la empleada del hogar logró liberarse, desató a la propietaria y fue a pedir ayuda por la ventana, siendo vista por una mujer que avisó a la Policía. 

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