La realidad económica actual del sector de los contenedores sigue obligando a la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) a tener que poner los pies sobre el suelo. Si en 2008, justo en el momento del inicio de la crisis mundial, en Cádiz se llegaron a mover 98.000 teus, las últimas cifras registradas en Puertos del Estado reflejan que la terminal de contenedores de Concasa movió sólo 44.000 teus el año pasado.

Esta era la realidad del puerto de Cádiz a diciembre del año pasado, con unas cifras que se esperan superiores a finales de este año, una vez que se ha consolidado la tercera línea de Trasmediterranea que une Cádiz con Canarias, con el buque Volcán de Teneguía como protagonista.

Con el nuevo concurso, la nueva terminal podría estar en funcionamiento a finales de 2018El nuevo pliego reduce la inversión inicial del terminalista al compartir gastos con la APBC

A la vista de los datos y a la vista de que, de momento, nadie aspira a gestionar y explotar la nueva terminal de contenedores, la APBC se ha visto forzada a presentar ante su consejo de administración y ante Puertos del Estado una brutal rebaja o disminución de las exigencias del pliego de condiciones que regirá la nueva intentona de concurso para la concesión de la nueva infraestructura.

Así, el presidente de la APBC, José Luis Blanco, confirmaba ayer a este periódico que se está pendiente de la autorización por parte del ente público que encabeza José Llorca, para sacar posiblemente en julio un nuevo pliego para un concurso que se espera que sea el definitivo, ya que incluye una rebaja de condiciones totalmente asimilable para un buen número de empresas que sí podrían estar a la altura.

La APBC ya licitó por primera vez la explotación de la nueva terminal en diciembre de 2015 y declaró desierto el concurso en junio de 2016, tras no presentarse ninguna oferta. El nuevo pliego incluye modificaciones respecto al primero, por lo que se hace necesaria la convocatoria de un nuevo concurso público.

En la nueva licitación se reduce la inversión inicial requerida en proporción a una reducción del espacio mínimo concesionable de la primera fase, que baja de 60.000 metros cuadrados a 45.000.

Asimismo, en aras de hacer más atractivo el proyecto, la Autoridad Portuaria plantea en este nuevo pliego asumir la pavimentación de la zona de maniobra mínima para la primera fase, así como la zona de operaciones de la terminal ferroportuaria. El organismo portuario se responsabilizará también de instalar 450 metros lineales de carriles de rodadura para grúas.

En caso de que el licitador decida encargarse de pavimentar la zona, se reducirían las tasas portuarias por ocupación de superficie.

También varía respecto al primer pliego el plazo de la concesión, que ahora se establece en 10 años frente a los 35 planteados en un primer momento. El plazo será prorrogable 5 años más y por cada 500.000 euros de inversión que realice el promotor, se ampliará en 1 año el plazo inicial.

El tráfico mínimo planteado es de 45.000 teus anuales durante los primeros cinco años; de 50.000 teus del quinto al sexto año y a partir del sexto año, un incremento del 3%.

Cabe recordar que en el pliego que quedó desierto en diciembre se incluía la exigencia de un tráfico mínimo que rondaba los 50.000 teus al año, los cinco primeros años. A partir del quinto año la exigencia en cuanto a los movimientos de contenedores alcanzaba la ahora asombrosa cifra de 75.000 teus al año. A partir del sexto año la empresa gestora de la nueva terminal tenía que ir aumentando un 3% al año.

Cabe esperar que si el pliego del concurso sale a la luz en el presente mes de julio, como es intención de José Luis Blanco, podría ser que se conociera el nombre del nuevo gestor durante el primer trimestre del año y que la nueva terminal pudiera estar en funcionamiento a finales de 2018, una vez pavimentado el suelo y ya cuente con las grúas necesarias para llevar a cabo sus tareas como nuevo terminalista.