-¿Cómo está siendo este segundo mandato suyo en Vera-Cruz?

-Creo que hay un equipo bastante bueno, muy cohesionado. Más que compañeros somos amigos y hacen el trabajo bastante fácil. Estoy muy orgulloso de esta junta. Con ellos es muy fácil ser hermano mayor.

-¿Habrá estrenos destacados este año en la calle?

-Pensábamos estrenar los candelabros de cola del palio, pero el trabajo va más ralentizado y no estarán hasta verano. Lo que sí sacaremos serán nuevas túnicas, en esa línea de que todo el cortejo vista de ruán, y unos retoques que se están dando al dorado del paso de Cristo, como es habitual.

-¿Esos candelabros de cola suponen el final del largo proceso patrimonial que se inició con el nuevo paso de Cristo?

-Aún quedan las jarras, que será lo próximo. Y el próximo proyecto que habrá que acometer, de más enverdagura, será los bordados del palio, que todavía no sabemos si sería restauración o ejecución de unos nuevos. Pero ese es un proyecto más gordo que el de la orfebrería. Y mucho más costoso.

-Todo ello con un aniversario a la vuelta de la esquina...

-El 450 aniversario fundacional, que se celebra en 2016. El año próximo queremos organizar una comisión para trabajar en eso y no sabemos todavía si pediremos una prórroga del mandato para ser nosotros los que celebremos esos actos (la junta terminaría en diciembre de 2015).

-Usted participó en la reorganización de la cofradía. ¿Ha cambiado mucho la hermandad en estos años?

-Se ha consolidado el proyecto de hermandad que queríamos. Podemos estar orgullosos de lo que se ha conseguido, tanto en el carácter que se quería como en las personas que la forman. Eso es lo mejor que ha pasado en estos años. Y el futuro está garantizado.