Cádiz

La procesión más corta y tempranera

  • Menos de dos horas empleó el cortejo ayer en realizar el recorrido, regresando la Custodia a la Seo a las doce y media del mediodía Mucho público en las calles

El Corpus más tempranero y posiblemente corto recorrió ayer las calles de la ciudad. Mucho se venía hablando sobre los excesos de la procesión (su lentitud a la hora de andar, su amplio horario en comparación con el itinerario, la hora de regreso de la Custodia a la Catedral...) y la de ayer puso las bases de lo que puede ser la mejor receta para la fiesta eucarística. Una celebración que se inicie bien temprano y que abarque toda la mañana, finalizando al mediodía.

Efectivamente, eran alrededor de las doce y media del mediodía, de un día totalmente soleado y con altas temperaturas, cuando la Custodia accedía al interior de la Catedral. Mucho más temprano que lo habitual. Esa hora que marcaban los relojes cuando la banda de música de la Soledad de Cantillana entonaba el Himno Nacional demostraba además que la procesión había andado a un ritmo también poco habitual, para satisfacción de los muchos cofrades y religiosos que componían el cortejo.

Efectivamente, en menos de dos horas se completó la totalidad de la procesión, ya que pasaban las diez y media de la mañana cuando comenzó a salir el cortejo de la Catedral, en mitad de la celebración del Pontifical que presidía Rafael Zornoza.

Precisamente, esto último es el único punto negativo, quizás, a la jornada de ayer. La decisión de poner en marcha el cortejo mientras se celebraba la eucaristía, para lo cual el paso de la Patrona estaba colocado justo en la puerta y no en el crucero como otros años, provocó que la concentración de los colectivos religiosos (principalmente las hermandades) y la organización de la procesión levantaran un considerable ruido en el interior de la Seo que por momentos hizo imposible seguir la ceremonia, principalmente la homilía de Zornoza.

En ella, el prelado destacó la "inmensa alegría" que suponía la fiesta de ayer, invitando "a saborear lo íntimo de la fe: que Jesús es Dios y está con nosotros". Además de un llamamiento a vivir la eucaristía y participar de ella continuamente, no olvidó Zornoza a las personas que más lo necesitan, ya que el día de Corpus es también el Día de la Caridad, del amor fraterno. "Debemos amarnos compartiendo, acercándonos a los pobres y necesitados", pidió el obispo en la homilía.

A las once y diez de la mañana ya había terminado el pontifical, donde destacó el conjunto de cámara de la Catedral en su interpretación musical, y el Santísimo había sido colocado ya en la Custodia, que empezaba a bajar la rampa a los sones de la marcha Triunfal.

Junto a todas las representaciones y un nutrido grupo de sacerdotes, diáconos, religiosos y seminaristas, se dispusieron delante de la Custodia alumnos de la escuela Salus Infirmorum y voluntarios de Cáritas. Detrás del Santísimo marchaban el obispo y el vicario general de la diócesis, la Corporación Municipal -representada ayer por una docena de concejales, todos ellos del Partido Popular y vistiendo de chaqué los ediles-, el subdelegado del Gobierno, Javier de Torre; el delegado de Defensa, Vicente Pablo Ortells; y diversas representaciones militares y civiles, cerrando el cortejo los Caballeros Hospitalarios y la banda de música de La Soledad de Cantillana.

Una vez finalizada la procesión eucarística e impartida la bendición final en el interior de la Seo, la jornada continuó con los traslados de la Patrona y de La Cena a Santo Domingo. El horario más adecuado hizo que estas procesiones de regreso contaran también con más público en la calle. La Virgen del Rosario marchó con paso lento hacia su santuario, bajando la rampa nuevamente a los sones de la marcha Ecce-Homo de Escobar interpretada por la banda de Maestro Dueñas, mientras que La Cena estrenó acompañamiento musical y cuadrilla en una procesión que finalizó pasadas las cuatro de la tarde, dando así por finalizada una jornada de Corpus muy tempranera. Y corta.

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