Un premio a la excelencia de Cádiz

El científico y académico Francisco González de Posada recibió el 'Gaditano de Ley' otorgado por el Ateneo y patrocinado por la Fundación Cruzcampo

De izquierda a derecha Francisco González de Posada recibiendo el trofeo, Ignacio Moreno y Julio Cuesta.
J.m. Sánchez Reyes Cádiz

02 de junio 2016 - 01:00

Francisco González de Posada, un hombre con cinco doctorados y una brilllante trayectoria académica y científica, amén de uno de los más destacados intelectuales del país, no hubiera recibido el premio que recogió ayer de no haber nacido en la calle Junquera, junto a la plaza de San Antonio, el 5 de enero de 1942. De ahí que sus méritos y su partida de nacimiento confluyeran en el 'Gaditano de Ley' otorgado por el Ateneo Literario, Artístico y Científico de Cádiz y patrocinado por la Fundación Cruzcampo, entregado en un acto celebrado en el Palacio Provincial de la Diputación. González de Posada escuchó una abrumadora 'laudatio' en boca del doctor Enrique Maestre. Porque en un premio que reconoce "una ley que tiene un valor fundamental en la sociedad, la excelencia, un valor ético alcanzado en una trayectoria sacrificada con el servicio a la sociedad como objetivo", González de Posada es de esas personas "que han vivido conforme a esta ley a través de un trabajo humilde, bien hecho y sacrificado para alcanzar lo bueno, lo bello y lo verdadero".

Maestre calificó a quien fue presidente de Cáritas Española entre los años 1973 y 1976 de "intelectual comprometido y hombre bueno en el machadiano sentido de la palabra". Además, "un abanderado de la mejor gaditanía que siempre muestra una pronta disposición a colaborar con lo que Cádiz le demande". Como prueba, su habitual participación como conferenciante inaugural del Congreso del Carnaval, atendiendo a la llamada de su amigo Miguel Villanueva, precisamente el ideólogo del premio que recibió ayer tarde y que cumple doce años desde que en 2005 recayera en Federico Linares.

El galardonado reconoció que al saber del fallo del jurado "renací en Cádiz y me vinieron recuerdos de mi vida". Como cuando el Cádiz Club de Fútbol creó un equipo de hockey sala donde jugó de defensa junto a conocidos gaditanos como Jaime Rocha o Pepe Cuadrado. No faltó un guiño al entorno de aquella su casa de la calle Junquera, prolongada hacia las plazas de San Antonio y Mina, ni a su condición de alumno de San Felipe Neri. Compañeros de banca de su niñez le arropaban ayer en los claustros de la Diputación.

El Himno Nacional, interpretado por cinco miembros de la Escuela de Música del colegio marianista, cerró un acto conducido por el presidente del Ateneo, Ignacio Moreno, y donde el secretario de esta institución, Antonio Ares, leyó el acta del jurado. Fue Julio Cuesta, presidente de una Fundación Cruzcampo "que siempre tiene el objetivo de resaltar nuestras cosas", el encargado de poner en manos de González de Posada el diploma y la escultura en bronce realizada por Manuel Virella, que representa a Hércules saliendo de las aguas de la playa de La Caleta. Más gaditano, imposible.

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