Cádiz

La plantilla de limpieza no hará huelga en Carnaval

  • La asamblea convocada ayer por el sindicato mayoritario no llegó a celebrarse

Un operario de Sufi Cointer recoge la basura generada en San Antonio en un acto de la semna de Carnaval.

Un operario de Sufi Cointer recoge la basura generada en San Antonio en un acto de la semna de Carnaval. / joaquín hernández kiki

Ya es definitivo: no habrá huelga de limpieza en Carnaval. Después de una amenaza que quedó abortada a finales de enero y un segundo intento que quedó también abortado ayer, los trabajadores del servicio de limpieza y recogida de basuras de la ciudad no llevarán a cabo paro alguno en su jornada laboral durante los días de fiesta que arrancan este viernes.

El sindicato mayoritario de la concesionaria de limpieza (UGT) convocó una nueva asamblea de trabajadores para la mañana de ayer. Según informó hace ya unos días este periódico, en este caso la convocatoria era directamente la votación en relación a la huelga, que los trabajadores podrían hacer en horario de doce del mediodía a dos de la tarde. La sorpresa, no obstante, fue en la mañana de ayer la suspensión de esta votación, que no se llevó finalmente a cabo.

Según ha podido saber este medio, el motivo de esta suspensión es la ausencia de un censo de trabajadores de la empresa concesionaria, la UTE Sufi Cointer, lo que impedía que la convocatoria contara con las suficientes garantías para llevarse a cabo -al no poder existir un control de quién vota y su relación con la empresa-. Eso se une a cierta diferencia de opiniones dentro de la plantilla, donde había un amplio sector opuesto a la convocatoria de esta huelga que sí defendían otros.

En cualquier caso, el contratiempo de la convocatoria de ayer, a escasos días del inicio del Carnaval, hace que ya sea materialmente imposible que pueda haber paros durante las fiestas, ya que la convocatoria necesita legalmente de una serie de trámites y gestiones que difícilmente se pueden completar en tres días; lo que supone, en definitiva, un alivio para la ciudad, que evitará las incomodidades propias de una huelga de estas características.

Esta convocatoria fallida coincide en el tiempo con la negociación que se está desarrollando del convenio colectivo, que acumula ya dos años de retraso (expiró en marzo de 2016) y sobre el que hasta el momento no ha habido acuerdo entre empresa y representantes de los trabajadores. Entre otras cuestiones, porque la empresa quiere renovarlo por tres años (hasta marzo de 2019) frente a la postura de la plantilla, que es hacerlo sólo por los dos años.

Todo esto conviene contextualizarlo, además, con la situación en la que se encuentra la prestación del servicio en sí actualmente prorrogado desde 2016 y pendiente de que el Ayuntamiento acuerde el nuevo contrato que debe regir el concurso público que se convoque para renovar las prestaciones y maquinaria. Una cuestión esta última sobre la que apenas se han producido avances -que se sepa- en los últimos meses, lo que ha llevado a la oposición a reclamar en varias ocasiones la celeridad en la gestión del equipo de gobierno o la convocatoria de la comisión de presidencia que está tratando este asunto y que desde noviembre no se reúne.

Entre otros cambios, destaca la reducción del tiempo de concesión de diez años, como venía ocurriendo hasta ahora, a cuatro, lo que puede marcar la convocatoria del concurso en buena medida.

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