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El desarrollo de la ciudad

La persona ideal, en el momento y el lugar oportuno

  • Tras veinte años como alcaldesa Martínez afronta en el puerto uno de los planes que dejó pendiente

Martínez con Juanma Moreno y Ana Mestre visitando el futuro muelle de contenedores.

Martínez con Juanma Moreno y Ana Mestre visitando el futuro muelle de contenedores. / Julio González

Tras veinte años al frente del gobierno de la ciudad y cuatro liderando la oposición municipal, Teófila Martínez llegó a la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz en el momento adecuado.

Después de años de dudas, de parones y de lentos avances, el plan de integrar el puerto en la ciudad, y viceversa, necesitaba del impulso definitivo, antes de verse abocado al fracaso o a una ejecución que se podía alargar durante décadas, como pasa en la mayor parte de los grandes proyectos de la ciudad.

Por eso al frente de la APBC llegó la persona ideal, en el momento y el lugar oportuno para agilizar el proyecto.

En San Juan de Dios se vio con temor el nombramiento de Martínez como presidenta del puerto. Se temía que estaría en modo enfrentamiento con el gobierno local de izquierdas. Sin duda no la conocían.

Obviaban, además de su capacidad de trabajo, que ella tenía y tiene la ciudad en la cabeza, con proyectos ya ejecutados a los que se les pueden poner peros o elogiarlos. Y que el desarrollo portuario era uno de los temas que dejó pendiente, y no porque no lo intentase durante su largo mandato al frente de la Corporación municipal.

Hoy, tras dos años en el cargo, en el Ayuntamiento se le reconoce, aunque sea de puertas adentro, su implicación con la ciudad y sus ganas de sacar adelante los proyectos de desarrollo portuario, sin atender a colores políticos.

Martínez ha puesto a su equipo de la APBC, al que elogia constantemente como hacía con sus técnicos municipales, a trabajar casi a destajo, con toda la agilidad que permite la administración, agobiada a veces por la complicada tramitación impuesta por el sistema portuario en España. Ha tenido claro que este Plan urbano no podía esperar más. Y ha trabajado con la premisa de que debía ser la Autoridad Portuaria la que llevase "la voz cantante" en todo el proceso, para evitar la paralización del mismo.

A la vez, ha tenido claro que se debía tener un documento bien confeccionado y bien cerrado, acordado con el resto de las administraciones para evitar que, en un futuro próximo, aparezcan problemas en el desarrollo del mismo.

Tenía claro, también, que "hay que trasladar a los ciudadanos cada paso que se da, para que vayan viendo la importancia del proyecto, y que vayan haciendo suya esta operación". Una proyecto de ciudad, recalca, que directamente dará aún más valor al casco histórico de Cádiz y que ayudará a traer inversiones de calidad “amoldadas a la población que tiene la Bahía”.

Dos años esenciales para el puerto

Asume que tanto lo que queda de este 2021 como del próximo año "van a ser críticos para la Autoridad Portuaria de la Bahía, porque es necesario casar esta operación urbana con el desarrollo del nuevo muelle de contenedores" y con la reordenación de otros espacios portuarios (como, por ejemplo, uno de los muelles del pesquero con la posibilidad de utilizarse para los veleros).

Para la ciudad, la relevancia de la unión muelle-ciudad/ ciudad-muelle es histórica, más allá de un uso manido de esta expresión.

Poner a disposición de su crecimiento económico, social, cultural, turístico, de ocio, y de capital también, 300.000 metros cuadrados en un lugar relevante: en un brazo del casco histórico a modo de pequeño isla, en un término residencial de poco más de 4 kilómetros cuadrados, es un auténtico regalo si se sabe aprovechar bien.

Cuando esté en marcha solo cabe pensar que esté también en ejecución el suelo del polígono exterior de la Zona Franca para completar el Cádiz de las próximas décadas.

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