Había ganas de ver belenes en la ciudad. Tantas, que en la sede de la Fundación Cajasol las puertas tuvieron que abrir antes de la hora prevista para la puesta de largo de su Belén ante el aluvión de gente que esperaba en la Casa Pemán. Por eso, muchos coincidieron con el obispo, Rafael Zornoza, cuando éste acudió para bendecir el nacimiento que este año ha instalado allí la Archicofradía del Carmen.

Con grandes figuras, de más de medio metro cada una, talladas a mano por el imaginero Luis González Rey -según informa una valiosa cornucopia colgada en la entrada del Belén- llama la atención la valía de las figuras, su vestimenta o curiosos detalles como el elefante al que va subido el rey Baltasar en este nacimiento o la presencia (novedad este año) de Santa Teresa de Jesús en medio de la conmemoración del quinto centenario de su nacimiento.

Más de siete metros de largo tiene esta representación del nacimiento de Jesús, que es propiedad del mayordomo del Carmen, Juan Zamanillo, y que ayer bendijo Zornoza (acompañado de los carmelitas Carlos Quijano y Ángel Palomino, y del hermano mayor de la cofradía, José Francisco Trigo) simbolizando así la apertura de todos los belenes de la ciudad para convertirse en uno de los grandes atractivos de estas fiestas.

Además del Belén, la hermandad ha exornado el resto de la sala situada en la planta baja de la sede de la Fundación Cajasol. Un pequeño altar presidido por un Niño Jesús de propiedad particular, otro nacimiento de pequeño tamaño y un Niño Jesús de la cofradía, además de ángeles y unas láminas decorativas completan la exposición navideña, en la que tampoco falta la Virgen del Carmen, presente en un cuadro, y a la que se sumará dentro de unos días el Paje Real que recogerá las cartas que los pequeños envíen a los Reyes.

Tras la bendición, el coro del Carmen interpretó un par de villancicos, al que luego se sumó otro cantado por los pequeños que componen el grupo infantil de la cofradía y que también han elaborado su peculiar Belén que puede verse en la Casa Pemán.

Este acto que llenó la sede de la fundación en San Antonio simbolizó ayer el inicio de la Navidad, pero se repitió en otros muchos puntos de la ciudad que permanecerán abiertos hasta las vísperas de la llegada de los Reyes. Los pastores están ya en camino.