Cádiz

Lo ocurrido en Extremadura extrema el cuidado

  • La UCA cerró el año pasado una imprenta durante días para reprografiar los exámenes en secreto

Un estudiante realizando una prueba de Selectividad en la Facultad de Medicina en el año 2014.

Un estudiante realizando una prueba de Selectividad en la Facultad de Medicina en el año 2014. / fito carreto

"La Selectividad es algo más mediática de lo que desearíamos aquellos que estamos organizándola", decía ayer Concha Valero, la vicerrectora de Alumnado de la UCA. Y tanto. Que se lo digan, si no, a la Universidad de Extremadura, que repetirá el 12 de junio la Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) correspondiente a dos bloques temáticos después de detectar catorce "accesos no autorizados" a su página web que podrían haber afectado a la confidencialidad. "Entiendo lo que significa para ellos y cómo se sienten. Es un trastorno muy grande, sobre todo para el alumno. Pero entiendo la decisión que se ha tomado de repetir las pruebas para garantizar la igualdad de oportunidades", ha manifestado. La vicerrectora ha añadido que a nivel andaluz "evitamos cualquier dato que esté disponible a través de una red, cualquier cosa que se tramite a través de ordenador o se envíe por correo electrónico. O se mande a imprimir con una conexión de red. A veces las cosas ocurren porque no nos damos cuenta de lo que nos rodea. Una tecnología maravillosa para muchos aspectos, pero al mismo tiempo casi incontrolable". Asimismo ha explicado que la universidad que organiza las pruebas es la que custodia los exámenes y la que se encarga de la reprografía. El año pasado le tocó a Cádiz y este año es responsabilidad de la Universidad de Córdoba. Los exámenes ya están en la Universidad gaditana, vigilados convenientemente. "Responsables de la UCA nos hemos desplazado a Córdoba para recoger las cajas, custodiando los exámenes en una furgoneta". Ahora se encuentran "en un espacio seguro, con su cámara, la clave de acceso que conocen solo tres personas en la UCA. Todo con la máxima seguridad que creemos que se puede tener". El año pasado, cuando la UCA organizó los exámenes de Selectividad, el celo llegó hasta el punto de "comprar toda una semana" una imprenta para reprografiar más de un millón de exámenes para toda Andalucía. Ponga usted 'cerrado por diez días y váyase', le dijimos al dueño de la imprenta, Allí desayunamos, almorzamos, cenamos y dormimos. Solo personal autorizado de la UCA", señalaba Concha Valero.

El secretismo que se persigue en la custodia de los exámenes ha propiciado más de una anécdota. Concha Valero recordaba cuando, hace unos años, volvía con varios compañeros de la UCA de una de las ciudades donde se organizaba la Selectividad. En una furgoneta traían un buen número de cajas con las pruebas. A esto que un control rutinario de la Policía Nacional mandó parar el vehículo. Un agente preguntó qué llevaban en la furgoneta. "Pruebas de Selectividad de la Universidad de Cádiz", le dijo Valero. El policía pidió que abrieran una de las cajas. La vicerrectora, entonces en otro cargo dentro de la instución académica, no se lo pensó dos veces al contestar: "Lléveme usted a donde quiera a declarar, pero estas cajas no se pueden abrir. Lo siento". El agente sonrió y dejó a la 'expedición' gaditana seguir su viaje.

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