Cádiz

"Nuestras neveras no se llenan con promesas"

  • Los empleados de la Escuela de Hostelería relatan durante su encierro en el centro cómo les está afectando el impago de las nóminas por parte de la Junta

Los 17 empleados de la Escuela de Hostelería de Cádiz protagonizan un encierro para reclamar el pago de seis nóminas. Éste es el titular. Un titular que se lee rápido y, por desgracia, se olvida con la misma prontitud. Pero la noticia, sin duda, va más allá. La noticia es que un padre cuente mirando hacia el suelo que sus dos hijos han comenzado el curso escolar sin libros de texto porque no puede hacer frente a ese gasto. Es que ese padre, también hijo, explique que es su progenitor quien le está manteniendo ahora, a sus 40 años. Es que Rafael Amaya, que así se llama este encargado de mantenimiento del centro, reconozca que no tiene dinero para pagar la gasolina. Y deja para el final que su entidad bancaria ya ha iniciado un proceso de desahucio contra él. Él, que lleva en la Escuela desde que se fundó, 16 años, y que actualmente está desempeñando su trabajo y el de un compañero que solicitó una excedencia. "Trabajo por dos y cobro por ninguno", comparte ya alzando la mirada.

Ésta es la noticia. Pero es sólo una. Hay 16 más detrás de ese titular algo anodino que no hace justicia a la situación insostenible que están viviendo 17 familias. Y no son los únicos afectados: 80 alumnos y 300 aspirantes a ingresar en la Escuela aún no saben cuándo comenzará el curso ni cuál va a ser la oferta formativa. El consejero de Educación, Luciano Alonso, aseguró el pasado viernes que la oferta formativa se publicará en el BOJA en 10 días y que la Junta de Andalucía abonará de forma inmediata el 75% de los pagos pendientes a los Consorcios Escuela de la comunidad autónoma. Pero claro, cuando las promesas -incumplidas- se vienen sucediendo mes tras mes, uno va perdiendo la confianza y la esperanza. Todo suena ya a cantos de sirena.

"Nuestras neveras no se llenan con promesas. ¡Queremos una solución ya!". Habla la profesora de Cocina Carmen Román. Está enfadada, está triste, está desanimada y, lo que es aún peor, psíquicamente afectada por este problema que lleva instalado en su cabeza más de 180 días. "Con esta incertidumbre no se puede vivir, nos está generando ansiedad, cambios de humor... Nos prometen, nos esperanzamos y luego nada, todo sigue igual. Así llevamos más de seis meses... El tiempo pasa y vemos que algunos políticos no dan la cara y que la Junta no apuesta por este tipo de formación de calidad, con un 95% de inserción laboral como tenemos en esta Escuela". "Nos dicen -agrega- que se nos va a equiparar la formación con Europa, pero no creo que en el resto de la Unión Europea dejen a sus trabajadores meses y meses sin cobrar por esta causa. No creo que en esos otros países la administración competente mire hacia otro lado".

Cristina Sánchez de la Campa mira a la nada mientras relata su caso, quizás porque así logra mantener seco el lagrimal. La orientadora de la Escuela acumula las carreras de Psicopedagogía y Magisterio, un máster y, desde hace varios meses, deudas y una amenaza de desahucio de su vivienda. "Aún no me puedo creer el vuelco que ha dado mi vida en estos meses. Nunca he tenido problemas económicos ni laborales, y ahora me veo con un plazo de 15 días para pagar lo que le debo al banco y evitar así que me echen de mi casa... Los tres primeros meses sin cobrar fui tirando de mis ahorros, pero ya no me quedan. Y vivo sola, en mi casa no entra ningún otro sueldo". La joven, que lleva cinco años trabajando en la Escuela de Hostelería, lamenta también no haber podido matricularse en el segundo año de un curso de formación que estaba realizando. "La estabilidad laboral y personal que tenía se ha esfumado, y aunque percibamos todo el dinero que nos deben nos va a costar recuperarnos de esto. Va a ser como empezar de nuevo". "Me veo desamparada y con mi dignidad pisoteada. Duele. Duele sentirse así de desnuda y desprotegida".

Se desahogan y se apoyan mutuamente estos 17 trabajadores, protagonistas involuntarios de la actualidad.

En la tarde de ayer, se concentraban en la planta baja del centro formativo. En la amplia cafetería del alumnado, los empleados y docentes colocaron los colchones de las tres habitaciones de hotel con las que cuenta la propia Escuela en el piso superior.

Durante sus horas de encierro recibieron la visita de la diputada del Partido Popular andaluz Teresa Ruiz-Sillero, de los concejales del Ayuntamiento de Cádiz Bruno García y Alejandro Varela, y de alumnos y aspirantes a ingresar en la Escuela. Uno de ellos, Daniel Chouza, lamentó la falta de apoyo que está recibiendo el centro por parte de la patronal del sector de la hostelería de la provincia y de los propios hosteleros. No obstante, apuntó que los alumnos han iniciado una campaña de recogida de firmas entre la ciudadanía y ya suman casi un millar. Pretenden conseguir cinco mil.

"Esta situación nos produce indignación. Primero, por la injusta situación que están viviendo los trabajadores, y segundo, por el trato que están recibiendo los alumnos y el ninguneo que estamos viviendo los candidatos. Queremos que el curso comience ya y que no baje el nivel de formación", dijo Chouza tras conocer por boca de la docente de inglés, Desirée Ortega, que está previsto eliminar los idiomas de francés y alemán de los planes de estudio de la Escuela y reducir las horas de impartición de inglés. "Queremos recibir una formación de calidad, no un cursillo", manifestó el joven.

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