El proyecto del mercado gastronómico en la vieja terminal ferroviaria cada vez está más en la cuerda floja. Hoy por hoy existen más posibilidad de que la ciudad pierda este proyecto (donde se prevé una inversión privada de 9 millones de euros y una estimación de creación de unos 400 empleos) que éste salga adelante.

Los encuentros mantenidos entre el equipo promotor y los representantes de Adif y el Ayuntamiento han dejado un panorama desolador para el futuro de esta operación al dejar claro las dos instituciones públicas que, por el momento, no hay dinero para urbanizar la zona en lo que se refiere a la construcción de la nueva red de saneamiento y de servicios eléctricos, que darían servicio al complejo gastronómico, con una superficie estimada de 5.000 metros cuadrados. Y sin agua y luz no se puede funcionar. La propia estación de autobuses construida por la Junta en la vecina avenida de Astilleros abrirá a principios del próximo año con una instalación provisional de estos servicios.

Desde Adif, empresa pública que según el convenio de la Plaza de Sevilla debe afrontar esta inversión, se ha trasladado a los promotores que llevar la luz y el agua a la estación de 1905 supondría una inversión mínima de 2 millones de euros, sin contar con la posterior urbanización del entorno. Este dinero se pensaba sacar de la venta de la parcela de su propiedad ubicada en la avenida de Astilleros, pero los intentos de enajenación han fracasado ya en tres ocasiones, y no hay perspectivas de conseguirlo a medio plazo.

Desde el Ayuntamiento, que podría asumir esta inversión, previa negociación con Adif, la cifra que se maneja para el conjunto de la urbanización se eleva hasta los 9 millones de euros, una cantidad prohibitiva para las mermadas arcas municipales.

Ante este panorama tan desolador para este proyecto privado, el más importante que se le plantea a la ciudad desde hace años, fuentes de los promotores fueron contundentes: "el proyecto peligra muchísimo", hasta el punto que se estudia ya una congelación del contrato firmado en su día con Adif para ver si todos los problemas se solventan en unos años.

Esta posibilidad, menos drástica que la ruptura del contrato, tampoco supondría garantizar la continuidad del complejo ya que en este tiempo los empresarios podrían encontrar nuevos proyectos en los que invertir el dinero previsto en Cádiz o, simplemente, que este sector gastronómico se encuentre saturado con la apertura de locales en otras localidades, donde resulta más sencillo sacar adelante inversiones privadas que en la capital.

Una alternativa que se baraja es aprovechar las conducciones que han permitido funcionar a la estación provisional del autobús y las que en su día utilizó el hostal que funcionaba en el edificio de la estación de los años sesenta, ya derribado. En este sentido, técnicos de las empresas municipales de agua y electricidad elaborarán un informe para ver la viabilidad de esta actuación y si sería suficiente para dar servicio al mercado o éste necesidad equipos con más potencia y, por ello, más costosos.

Junto a la red de servicios, el proyecto del Mercado necesita también, lógicamente, la urbanización de todo el entorno. Fuentes de los inversores indicaron que el Ayuntamiento pensaba adecentar la zona de la Cuesta de las Calesas una vez la Junta abra la estación de autobuses, aunque para ello también necesitaría contar con una nueva red de saneamiento y electricidad; a la vez, se mantiene la idea de ubicar en terrenos del puerto pesquero un aparcamiento en superficie.