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Cuando mandan los números

  • Elecciones 2019. El número de concejales que dan las encuestas es importante, pero también hay que fijarse en el grado de conocimiento ciudadano que tienen los candidatos

En el libro de estilo de cada partido político se incluye que cada candidato debe tener al menos dos virtudes: ser conocido por la ciudadanía y contar con el afecto de la misma. Cuestiones que tienen un papel relevante para garantizar un buen resultado electoral. Y si no que se lo digan a Mariano Rajoy: mucho conocimiento público pero poca estima del electorado pueden dejarle fuera de la Moncloa.

Por eso, cuando estamos ya a poco más de un año de las elecciones municipales de 2019, los partidos políticos que tienen fondos para encargar encuestas además de la estimación de votos para sí mismos y para sus contrincantes, preguntan al encuestado sobre el grado de conocimiento y la estima que tienen hacia sus militantes más destacados, supuestos candidatos y candidatas a la Alcaldía.

El penúltimo sondeo conocido viene de la mano del PSOE. Más allá de los efectos de la cocina política, utilizada para mejorar los datos propios y empeorar los de sus contrincantes, la encuesta vaticina un virtual empate a 8 ediles entre Podemos y el Partido Popular (éste perdería dos respecto a 2015), una importante subida de Ciudadanos, el mantenimiento de los propios socialistas en 5 concejales, mientras que Ganar Cádiz oscilaría entre un edil y quedarse fuera de la Corporación. Con ello el centro derecha, PP-C´s estaría al borde de la mayoría absoluta.

Pero el interés de esta encuesta (de la que se desconoce la siempre obligada ficha técnica que nos indica el número de encuestados, la forma en la que se ha preguntado y el porcentaje de error de los resultados) se centra en la respuesta ciudadana sobre sus cariños y fobias respecto a los candidatos, o supuestos candidatos, de cada formación.

Teniendo en cuenta que esta es una liga de dos, el muestreo socialista da al actual alcalde, José María González (Podemos), y a la ex alcaldesa, Teófila Martínez (PP), igualdad tanto en conocimiento como en estima ciudadana, estando Martínez algo por encima en el primero de los casos.

Si confiamos en la certeza de estas cifras, el PP sigue teniendo a Teófila Martínez como su candidata más válida. Tras la dura derrota de 2015 (ganó las elecciones, pero perdió de un golpe siete concejales) y aunque ha rebajado de forma más que notable su presencia pública, tanto política como social, sigue estando en la memoria de la ciudadanía y sigue contando con el afecto de buena parte de ella, que reconoce la eficacia de su gestión durante dos décadas en la Alcaldía.

Es de suponer que también se le agradezca que haya continuado con concejala rasa, tras perder la Alcaldía. Recordemos que cuando el PSOE se fue a la oposición, en 1996, hubo una auténtica desbandada de concejales socialistas tras fracasar en las elecciones.

Este buen dato personal supone, a la vez, un contratiempo para quienes desde dentro del propio PP abogan por un cambio de cartel, por un rejuvenecimiento de su oferta que no se ha visto por el momento en estos casi tres años de mandato. Se asume que Martínez tiene un suelo de voto alto, que podría hundirse con un nuevo candidato. Pero a la vez, se considera que aún no se dan las condiciones políticas y sociales para que retorne el masivo voto conservador que les dio las mayorías absolutas durante dos décadas. Y ahí habría que confiar en la mejora electoral de Ciudadanos, hoy al borde de la ruptura nacional con el PP.

Que José María González esté igualado a la ex alcaldesa puede valorarse de forma positiva para sus intereses. No olvidemos que González, hace poco más de dos años, era un auténtico desconocido más allá de los ambientes carnavalescos y del activismo social. Hoy, en menos de tres años de exposición pública, ya tiene un nombre. Ha sabido amoldarse al cargo de alcalde, con todo lo que ello supone. Se ha afianzado en el puesto. La imagen de extremista que se le quiso dar en un principio ha dado paso a un gestor al que se le puede criticar o elogiar por su trabajo, pero nada más. Este perfil sin duda le dará votos de quienes en 2015 lo ignoraron, aunque a la vez podría retener en su casa a quienes les cuesta asimilar que una cosa es gritar en la calle y otra gobernar. Le queda a Podemos un esfuerzo por convencer a este elector más crítico y que pueda estar desilusionado con determinados incumplimientos electorales.

En todo caso, asumamos que la del PSOE es una encuesta demoscópica realiza a más de quince meses de distancia de las elecciones municipales. Se realiza en un momento en el que Ciudadanos está en la cima de la ola de popularidad en el conjunto nacional, lo cual acaba beneficiándole a nivel local; el PP, por el contrario, se encuentra en la posición contraria. Lo que uno pierde lo gana el otro, pero la política es muy cambiante y habrá que ver si el partido naranja es capaz de mantener este cariño público un año más. Y, sobre todo, habrá que ver si los populares repiten candidatura o se atreven a iniciar la renovación generacional.

Los socialistas, autores de esta encuesta, parecen que tienen claro que su retorno a la Alcaldía tendrá que esperar cuatro años más. Tendrán que luchar para evitar una pérdida mayor de concejales y mantener el papel de apoyo decisivo a la continuidad de un gobierno de izquierdas, si el centro derecho no recupera la mayoría absoluta.

En cuanto al socio de gobierno, Ganar Cádiz, puede sufrir lo que les pasó al PCA y el PSA tras ser socios de gobierno del PSOE en 1979, que en las elecciones de 1983 se quedaron en la calle. Las encuestas particulares le dan un edil o nada. Curiosamente en un grupo que se formó con varios de los colectivos ciudadanos más activos en demandas sociales durante los últimos años.

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