A simple vista no deja de ser un mensaje más de un obispo a sus diocesanos, en un momento propicio como el inicio de un nuevo curso y dentro de una serie de orientaciones y recomendaciones. Pero teniendo en cuenta el contexto de la Iglesia de Cádiz en los últimos tiempos y las distintas polémicas que un grupo de personas viene protagonizando por su desacuerdo con el obispo o con algunas de sus decisiones y actuaciones, la carta pastoral que ha publicado Rafael Zornoza estos días llama la atención.

En dos párrafos incluidos en un mensaje de una veintena de folios, Zornoza hace referencia a la comunión eclesial, “sin la cual quedaría desvirtuado el creyente y anulada la vida de la Iglesia”. “No hay caridad sin humildad”, afirma el obispo en referencia a esa comunión y a la “unidad de la Iglesia”. “La unidad debe aparecer como reconocible como en ningún otro lugar, más visible cuando son más diversas las opiniones lícitas, las diferencias personales o las culturas”, señala el prelado, que insiste en ese llamamiento a la unidad “por encima de cualquier diferencia que pudiese crear división”.

“No hay ámbito en el que no podamos dar testimonio de la fe, aunque también es posible el antitestimonio y el escándalo”, llega a afirmar Rafael Zornoza en el escrito dirigido a sus diocesanos, instando a “superar la mundanidad y la incredulidad”.

Desde su llegada en 2011, y especialmente en los últimos tiempos, Zornoza viene siendo objeto de las críticas y del rechazo de parte de la diócesis, tanto en el clero como entre los laicos con más o menos responsabilidad o representación en los grupos y colectivos religiosos. Entre los casos más conocidos están los del antiguo responsable de Cáritas Diocesana, el maestro de ceremonias de la Catedral, o antiguos componentes de la Hoac, que han hecho público en diversas ocasiones sus denuncias contra las decisiones, forma de actuar o valoraciones que haya hecho el obispo, al igual que han sido críticos también con parte de su equipo, especialmente en relación a las cuestiones económicas y laborales.

Por todo ello es llamativo este llamamiento a la unidad de la Iglesia diocesana “por encima de cualquier diferencia que pudiese crear división”. Por ello, Zornoza concluye pidiendo “orar y fortalecer la comunión para ser consuelo y luz viviendo la unidad”.