Cádiz

Para la libertad, desde Cádiz

  • Joan Manuel Serrat recibe el Premio Iberoamericano de la Música por su carrera, su vinculación con la otra orilla y sus valores democráticos

Podía ser un gran día y lo fue. Para la libertad. Para los locos bajitos. Para caminantes y caminos. Para aquellas pequeñas cosas. Para Cádiz y todos los que se dieron cita en la Casa de Iberoamérica en el tributo rendido al maestro Joan Manuel Serrat, el noi del Poble Sec, quien alzaba feliz el Premio Iberoamericano de Música Cortes de Cádiz que le entregó la alcaldesa, Teófila Martínez. "Dejó de ser patrimonio ibérico para ser patrimonio iberoamericano" destacaba Eduardo Bablé en su presentación. En el ambiente, sus 50 años de carrera, "contables premios e incontables admiradores".

En una pantalla, sonando 'Mediterráneo', esa canción que sólo puede componer alguien tocado por un dios, se sucedieron mensajes de amigos y conocidos relacionados con Cádiz. "Nuestro Bob Dylan", dijo de él su biógrafo, Luis García Gil. "Humano, no endiosado", de parte de Juan Carlos Portela, promotor artístico. "Por él me dediqué a la música, es a quien más he admirado", según Pasión Vega. "Eres un maestro, te queremos", en palabras de Niña Pastori. Pantalla en la que Manuel Martín de Mora, el hijo del recordado Antonio, empresario del desaparecido Cortijo de los Rosales, evocaba que Serrat encontró en ese mítico enclave del Parque Genovés el cariño que en España se le negó cuando el cantautor quiso cantar el 'La, la, la' en catalán par Eurovisión y por lo que fue vetado en muchos escenarios. Precisamente a Antonio Martín de Mora, el primero que le trajo a Cádiz, dedicó posteriormente el premio realizando de él un más que cariñoso retrato.

La alcaldesa de la ciudad, Teófila Martínez, le entregó la estatuilla. Tras un minuto de aplausos se mostró "orgulloso" por recibir un galardón que lleva el nombre de unas Cortes "que fueron un referente en España". El creador de 'Penélope' valoró las razones por las que el jurado le ha concedido la distinción. Entre ellas, la de divulgar la poesía española poniendo música a Antonio Machado o Miguel Hernández. "Lo hice porque sus poemas me conmovieron y sus versos sonaban a canción. Los libreros de Madrid me felicitaron. Dicen que contribuí a aumentar las ventas de libros de esos poetas", explicó.

El reconocimiento se sustenta también en la vinculación del artista con América. "Mi oficio me llevó a la otra orilla y nació una historia de amor correspondida. Tengo una deuda profunda con América que jamás podré pagar. Más que tender puentes, yo hice míos los puentes que me tendió", destacó antes de aludir al pasado común de ambas orillas con guiño a las Habaneras de Antonio Burgos y Carlos Cano. Y si el jurado atendió a sus valores éticos, democráticos y morales, El Nano defendió que estas aptitudes se tienen "para actuar en defensa propia y en defensa de la colectividad para poder avanzar".

Se despedía deseando el ascenso del Cádiz Club de Fútbol, ansiado logro que según este reconocido azulgrana "está bien encaminado", e improvisando el tirititrán de las alegrías antes de recibir, también de manos de la alcaldesa, otro presente: la Constitución de 1812 encuadernada en el taller de los hermanos Galván. Como cierre al acto, las voces blancas de la Escolanía de San Felipe Neri interpretaron 'Aquellas pequeñas cosas', incluida en el disco 'Mediterráneo' (1971). Un Serrat visiblemente emocionado (y sorprendido) salió luego al escenario para saludar a los pequeños y bromear con ellos. Volverá pronto. Su próxima cita con Cádiz será el 18 de julio, ofreciendo un concierto denominado, cómo no, 'Para la libertad', en el Castillo de San Sebastián.

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