Hay dos entes diferenciados. Por un lado está el Instituto de Investigación Biomédica de Cádiz (INiBICA) que, como tal es un ente configurado a raíz de un convenio entre la Consejería de Salud, la Universidad de Cádiz y la Fundación para la Gestión de la Investigación Biomédica de Cádiz, que es quien cuenta con un patronato y una personalidad jurídica.

La Fundación se creó en 2008 y el INiBICA realmente no ha funcionado como instituto hasta la llegada de la dotación de los casi 11 millones de euros que vinieron para la provincia gracias a la Inversión Territorial Integrada (ITI) durante el Gobierno del PSOE en la Junta de Andalucía. A esto se le sumó el impulso que ha significado tanto para la Fundación como para el Instituto la figura de un gerente que hasta ese año no existía. Hasta ese momento eran los gerentes de los hospitales de Cádiz y de Puerto Real los que tenían que ejercer como gerentes, algo que resultaba harto complicado por el alto nivel de responsabilidad que conllevan sus cargos al frente de estos centros sanitarios de referencia.

El nuevo gerente, David Calvo se incorporó en marzo de 2018 y el instituto empezó sus primeros pasos con un convenio para forjar una colaboración entre entes y para promover la contratación de una estructura profesionalizada con el objetivo de dinamizar y de poner en funcionamiento, de hecho, la investigación biosanitaria en la provincia de Cádiz, que lo que busca es una interacción entre la investigación básica en el seno de la propia Universidad y la investigación clínica que aportan los centros sanitarios, principalmente el hospital Puerta del Mar.

El instituto INiBICA nació con un déficit cultural e histórico que vino a solucionar en buena parte la llegada de la dotación que aportó la ITI destinada a recursos para la investigación biomédica en la provincia de Cádiz. Fue cuando la Junta decidió destinar, primero 6,8 millones de euros y luego otros 3,6 millones para cubrir este déficit en la investigación biomédica en Cádiz. A su vez, este dinero permitió, según cuenta el gerente de la Fundación, David Calvo Mallón, “contratar la actual estructura que tenemos con más de 70 investigadores y consolidar una serie de recursos de investigadores que sientan las bases del instituto”.

Es de resaltar también la importancia del concepto de los ensayos clínicos, con los que se logra algo ta importante como poner a disposición de un paciente oncológico una terapia que, a lo peor, hasta dentro de seis o siete años no va a estar en el mercado. “De esta manera estamos teniendo un impacto salvando vidas o mejorando la vida de los pacientes, por ejemplo, con Parkinson y eso tiene un impacto brutal en la provincia de Cádiz”.