Los nuevos vecinos de las viviendas de Cortadura recibieron ayer las llaves en un emotivo acto celebrado en el salón de plenos del Ayuntamiento de Cádiz y presidido por el alcalde, Carlos Díaz, y el delegado de Obras públicas de la Junta, López Almagro.

Un total de 164 familias se alojarán en estas viviendas mientras duren las obras de rehabilitación de las que hasta ahora ocupaban en distintos puntos de la ciudad. A estas nuevas casas llegan vecinos de la Plaza Pinto, de las calles Fray Félix, Silencio, Hércules, Mirador, Escalzo y la Laguna. El núcleo más numeroso fue el que habitaba en la zona conocida por Los Chinchorros, mientras que los vecinos de la calle Silencio eran inquilinos de la Casa Estopiñán, un antiguo edificio que se pretende rehabilitar sin perder su estilo.

Las obras de Cortadura comenzaron en 1990 y concluyeron el mes pasado. La inversión asciende a 700 millones de pesetas.