Cádiz

La fuerza del viento provoca 18 salidas de los bomberos

  • El temporal registró rachas de 79 kilómetros por hora y causó la caída de un gran árbol sobre el Museo Provincial, así como desprendimientos de cascotes

El temporal de viento que azotó ayer la Bahía gaditana llegó a alcanzar por la mañana rachas de hasta 79 kilómetros por la hora, según informaron fuentes del Observatorio de Meteorología de Cádiz. El viento, del nordeste, fue intenso durante la noche del martes al miércoles y cobró aún más fuerza en la mañana de ayer, que es cuando se registraron, según las mismas fuentes, estos picos de velocidad máxima. Las previsiones apuntan a que hoy el viento role a poniente y se rebaje su fuerza y velocidad.

Pero ayer dejó sus efectos en varios puntos de la ciudad: contenedores caídos sobre las aceras, otros desplazados hacia la calzada, motos caídas en sus estacionamientos, cascotes desprendidos, árboles o carteles derribados fueron algunos de los daños causados por un viento que, hasta media tarde, había provocado en la capital 18 intervenciones del Consorcio de Bomberos. En toda la provincia fueron 36 las actuaciones. El servicio de catamarán fue suspendido.

Significativas fueron las salidas de los bomberos para retirar de la plaza de Mina un árbol de 18 metros que había caído sobre la fachada del Museo de Cádiz. Los bomberos, en colaboración con operarios de jardines, retiraron el árbol cortándolo en trozos con la ayuda de la autoescala. Como hecho destacado también, el nuevo apuntalamiento que hubo que realizar en el muro del colegio público Manuel de Falla, actual sede de la Escuela de Idiomas, que fue derribado hace algo más de una semana por un camión de recogida de basuras y que aún no ha sido reparado.

Mientras que el viento impedía incluso andar a los peatones en las zonas más abiertas de la ciudad, donde llegaron a producirse algunas caídas, en muchas calles interiores del casco histórico apenas era perceptible su intensidad. Aguantó bien la carpa del mercado provisional de abastos. Sus comerciantes explicaron que el viento apenas se había notado, aunque sí contribuyó, y de eso se quejaban, a que los ciudadanos se quedaran en sus casas y no salieran a la calle. Había, pues, menos gente en la plaza y, sobre todo en sus alrededores, donde por momentos incluso parecía tratarse de un día festivo.

Frente a la barriada de la Paz, el mar, con un tono verduzco, chocaba con fuerza contra la avenida de la Bahía. El suelo estaba más limpio que nunca, y a diferencia de un día normal en que la zona está frecuentada por paseantes y pescadores, casi nadie se atrevía a transitar por allí. Las barcas del Club Levante echaban más de menos que nunca un espigón.

Dos de los edificios más altos de la ciudad se encuentran en la avenida de la Bahía. Dos grandes bloques de catorce plantas. Una vecina del último piso de una de las construcciones comentaba que "no se mueven", pero que el ruido que produce el viento a esas alturas cuando el viento sopla con fuerza es "insoportable".

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