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El fiscal pide 9 años para la banda procesada por el robo de una vivienda

  • La acusación pública sostiene que la dueña de la casa fue retenida y amenazada con un cuchillo de grandes dimensiones

La Fiscalía solicita nueve años de prisión para los miembros de la banda de dominicanos acusados retener y amordazar a una mujer en su vivienda para robarle. El juicio se celebrará los próximos días 6, 7 y 8 de noviembre en la Audiencia Provincial de Cádiz.

El fiscal expone en su escrito de calificación que sobre las 12:40 horas del 25 de noviembre de 2015, en virtud de un plan preconcebido de apoderamiento de todo lo que de valor encontraran, tres de los procesados por este causa se dirigieron a una vivienda unifamiliar, sita en la zona de Extramuros, donde en base a la información proveniente de una empleada del hogar (también acusada), entendían que era el lugar idóneo, tanto por lo que en su interior pudiera encontrarse como por el día y la hora en que lo iban a llevar a cabo, pensando que su titular, convaleciente de una intervención médica, estaría sola (pues su marido estaba fuera).

El fiscal del caso sostiene que estos datos fueron proporcionados por la asistente del hogar, quien también hizo una copia de las llaves de la vivienda objeto del robo para facilitárselas al resto de los acusados y que así pudieran acceder al domicilio sin ruido alguno y alcanzar el propósito común de enriquecimiento ilícito.

Las conclusiones provisionales recogen que minutos antes de perpetrar el robo, la asistenta -tal y como había acordado con los otros procesados- llamó a la dueña de la casa para preguntarle si estaba sola, a lo que ésta contestó que estaba acompañada. A pesar de ello, los supuestos ladrones siguieron adelante con su plan.

Según el fiscal, a la vivienda entraron dos procesados mientras que un tercero se quedó en el exterior en contacto telefónico continuo con los primeros. Hacía laborales de vigilancia y "estaba preparado para cuando salieran con los efectos sustraídos, alejarse con inmediatez en el vehículo que tenía estacionado en las proximidades, controlando y asegurando así la operación tal y como habían planificado".

Los dos acusados que accedieron a la casa con la llave que les facilitó la asistenta, se taparon la cara con unas bragas destinadas al efecto. Llevaban guantes, apunta el fiscal, y uno de ellos portaba un cuchillo de grandes dimensiones. Nada más entrar en la habitación en la que se encontraban la propietaria y una acompañante, las empujaron al sofá para que se sentaran y atarles las manos con una cuerda. Seguidamente les anudaron los pies con ropa de cama, imposibilitándoles así el movimiento. A la acompañante le taparon también la boca con cinta de embalar.

El Ministerio Público explica en su calificación provisional de los hechos que los acusados subían y bajaban las dos plantas del inmueble: mientras uno se movía, el otro se quedaba con las mujeres retenidas. Hablaban continuamente por teléfono con el procesado que permanecía en el exterior. Registraron habitaciones y cajones, cogieron botellas de valor de una caja, vaciaron el bolso y tomaron las joyas que la dueña portaba y las que había dejado en un cenicero de la cocina. Cuando encontraron la caja de seguridad, se dirigieron a la propietaria y, apretando el cuchillo contra ella, le exigieron la clave de seguridad, código que ésta manifestó desconocer. A fin de presionarla por si dicha contestación no fuera la verdad, los acusados le cogieron las manos e hicieron gestos de cortarle los dedos al tiempo que le referían "mamita, eres mala".

Dice el fiscal que cuando los procesados acabaron de registrar la vivienda y cogieron aquellos efectos de su interés, acercaron a la víctima una foto de su marido y le dijeron que lo iban a esperar fuera para matarlo. Después salieron de la casa y dejaron a la mujer y a su acompañante maniatadas.

Pasado un tiempo, cuando ambas creyeron que ya se habían ido los asaltantes, consiguieron desatarse y pedir ayuda por la ventana. Entonces fueron vistas por una vecina que llamó a la policía y fueron liberadas.Los objetos que la banda sustrajo son: 120 euros, tres relojes, dos de ellos de oro, cuatro anillos, dos de esmeralda y brillantes y dos de rubíes y brillantes, tres pulseras, un móvil y las botellas referidas. Estos enseres no constan tasados pericialmente.

Los tres implicados en el robo se encuentran en prisión preventiva por estos hechos desde el 22 de enero de 2016. La empleada del hogar, también procesada, está en libertad bajo fianza con prohibición de acercarse a menos de 200 metros a la mujer para la que trabajaba ni a su domicilio.

La Fiscalía ha pedido que los acusados indemnicen a la propietaria en la cantidad que en ejecución de sentencia se tasen los efectos sustraídos, además de en 12.000 euros por los daños morales ocasionados.

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