Cádiz

El fiscal mantiene que los dos procesados actuaron de acuerdo

  • "Yo me considero también estafado; ella me ha manipulado", dice el acusado · "Él ha destrozado mi vida, me ha dejado totalmente arruinada", dice la acusada

El juicio que ha sentado en el banquillo a Luis García y a Ana Suárez como acusados de estafar a clientes en la compraventa de varias viviendas terminó ayer en la Audiencia con los dos procesados haciendo uso del turno de la última palabra. "Yo me considero también estafado. Ella me ha manipulado", dijo Luis. "Él ha destrozado mi vida y la de mi familia. Me ha dejado totalmente arruinada", dijo Ana. Poco antes, el fiscal había explicado ante el tribunal que mantenía su petición de cinco años de cárcel para cada uno: que seguía considerando que ambos habían actuado de común acuerdo con la intención de estafar a personas que les entregaban dinero como señal para la compra de pisos que ellos habían puesto a la venta.

La vista comenzó el pasado lunes en la Sección Primera con dos declaraciones que marcaban una enorme distancia entre los dos acusados. Se acusaron mutuamente, se mostraron ambos como engañados por el otro. Ayer, los dos se acercaron al micrófono cuando el presidente del tribunal les ofreció hablar. Y escenificaron de nuevo su desacuerdo sobre lo ocurrido y lo enfrentados que están ahora.

Primero habló el procesado. "Desde el primer momento siempre he dicho la verdad: no me he quedado con un solo euro. Yo sólo contaba el dinero. Siempre he colaborado con la Policía para esclarecer esto", dijo Luis García.

El acusado ofreció su casa de Benaocaz para abonar el dinero que considera que debe a algún perjudicado. Y agregó: "Ana Suárez me ha manipulado. Y he sufrido una persecución mediática en Cádiz. Me considero inocente y estafado y manipulado por Ana Suárez".

La procesada intervino a continuación: "Yo tenía una vida totalmente solucionada y Luis García ha destrozado mi vida. También ha destrozado a mi familia. Me ha dejado totalmente en la ruina. Y él sabe que yo jamás hubiese colaborado en algo así".

La acusada dijo que sentía mucho lo que han pasado las personas perjudicadas. Y añadió: "Yo no entendía de todo esto. Yo no he querido engañar a nadie".

El abogado de la procesada reclamó la absolución. El estafador tendrá que obtener un beneficio, vino a argumentar. Pero el papel de la acusada no es precisamente ése, sino el de una persona que ha perdido sus bienes, anotó. El letrado recordó el seguro de vida de ella que ponía al procesado como beneficiario y que ella nunca suscribió ni firmó. Y también recordó cómo el acusado iba con un coche del que era titular la clínica de ella y decía en cambio que se lo habían regalado. El abogado del procesado planteó que el caso no es una estafa sino "una apropiación indebida de libro". Pero que ni el fiscal ni las acusaciones particulares lo propusieron como alternativa, por lo que cabe una sentencia absolutoria. Los perjudicados conocían la situación registral de los inmuebles cuando entregaron la señal, argumentó al sostener que no hubo engaño.

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